Los hosteleros han pasado del optimismo a la incertidumbre en menos de una semana. Tras llenar sus restaurantes hasta en días laborables, en los últimos sido días han recibido un aluvión de cancelaciones de reservas por el aumento de la incidencia de los contagios. Se trata, principalmente, de aquellas que afectan a grupos grandes de empresas, ya sean comidas o cenas, mientras que se mantienen las de tamaño más reducido a la espera de cómo evolucione la covid.
Todos los empresarios consultados por este periódico coinciden en la situación que están viviendo, que comparte la Federación Provincial de Hostelería, cuyo presidente, Fernando de la Varga, atribuye al «miedo social que se está generando». Reconoce al mismo tiempo que esta avalancha de anulaciones es superior a lo que preveía el sector y pone en duda que se vayan a cumplir los pronósticos del pasado mes de noviembre de cara a la Navidad. «El lleno será imposible», subraya en referencia a este fin de semana y el que viene.
De la Varga asegura que lo que está ocurriendo afecta de manera más pronunciada a la restauración y los establecimientos donde se celebran grandes banquetes, si bien precisa que las consecuencias se extienden a todo tipo de locales. «Cuando se producen estas reuniones la gente siempre toma algo o después de la celebración», añade, advirtiendo del «impacto económico» que puedan tener estas cancelaciones en las cuentas de los empresarios y en las contrataciones, ya que, según explica, estas se reducirán al mermar la actividad.
A esta cuestión también hace referencia Francisco Salas, responsable de Alimentación y Bebidas del Grupo Rice, que muestra su temor respecto a la caída del empleo en esta campaña de Navidad, que no duda en asegurar que «corre peligro», teniendo en cuenta que es una de las más fuertes para este colectivo empresarial. «Está siendo catastrófico», subraya al hablar de las anulaciones de reservas después de haber recibido tres que aglutinaban a 150 personas.
De igual forma, Salas muestra su preocupación por el género que ya se había encargado, algo en lo que también incide Ricardo Temiño, del restaurante La Fábrica, quien sostiene que había adelantado los pedidos en base a las reservas realizadas para evitar la subida desmesurada de los precios. En su caso habla de hasta 140 reservas caídas, que intentarán suplir con grupos menos numerosos hasta poder completar las mesas de su local.
A pesar de todo, recalca que esta situación «nos hará mella», reconociendo que no se esperaba este cambio tan drástico de una semana a otra y temiendo que, una vez pasadas las Navidades, vuelvan las medidas restrictivas. Óscar Alonso, de Carmen Restaurante, ha sufrido también las anulaciones de los grupos de empresa y confía en las reservas con menos comensales para poder llenar su establecimiento. «La campaña pende de un hilo», lamenta al referirse a que se trata de «semanas muy fuertes de facturación». Todos comparten la preocupación y la incertidumbre, como también admiten desde Casa Ojeda, donde se han caído «el 50% de las reservas» y resulta inevitable pensar en las navidades pasadas, mientras que desde la Cafetería Casino confían en que se mantengan los eventos familiares y de amigos.