«Menuda manera de empezar un lunes», se lamentaba una de las vecinas -que prefiere mantener su identidad en el anonimato- de la tercera planta del edificio desalojado ayer en Briviesca por un incendio. Recién levantada, la mujer escuchó como comenzaron a aporrear la puerta de su domicilio sin cesar. Al otro lado se oían unas voces masculinas que gritaban '¡fuego, fuego!'. Procedió a abrir la puerta y una humareda se coló sin piedad en su casa. «Avisé a mi hijo y mi marido y con las mismas nos bajamos a la calle escoltados por la Policía Local. ¡Qué miedo y angustia pasamos!», recuerda la mujer aún con el susto en el cuerpo.  

Antes de abandonar la vivienda, la familia comprobó cómo el humo ya comenzaba a atravesar el hueco de debajo de la puerta de entrada antes de que acudieran los bomberos, aunque finalmente no ocasionó ningún desperfecto. Después de una espera que se les «hizo eterna» regresaron a casa sin ningún problema. La vecina comenta que no es la primera vez que tienen que salir a toda prisa. «Ya es la segunda vez en poco más de dos años que tienen que apagar un fuego en esa casa». 

Mientras, la propietaria de un piso de la segunda planta explica que todo ocurrió «muy rápido» y agradece la buena intervención que realizaron la policía, los bomberos, la Guardia Civil y los sanitarios ya que «fue cuestión de minutos desde que se declaró el incendio lo que tardaron en desalojar el edificio», concluye.