Los viajes a Villalonquéjar se comen ya 100 euros del salario

G. ARCE
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El turno partido supone 180 kilómetros a la semana por trabajador y coche. El uso de bici y patín sube, pero es peligroso. El autobús municipal es muy criticado

Aunque hoy ya superan los 2 euros el litro, los precios no son aún determinantes para pasar a la bicicleta. - Foto: Luis López Araico

El principal centro de trabajo de la ciudad, el polígono de Villalonquéjar, mueve cada jornada en torno a  15.000 trabajadores.Una amplia mayoría acuden a las cerca de 500 empresas ubicadas en esta zona industrial en su coche particular y hacen lo propio en su regreso a casa. Son, para muchos, cuatro viajes diarios -de unos 15-20 minutos- para cubrir las entradas y salidas de la jornada a turno partido, más de 180 kilómetros recorridos en la semana (7.900 al año descontando el mes de vacaciones) y, tras el alza extraordinario de los carburantes, más de 100 euros al mes solo en desplazamientos al trabajo.  
Más de 1.000 euros de salario anual se los come el coche de motor de combustión en la carrera diaria para acudir a ganar ese salario al polígono, en torno a los 600 euros si la jornada es continua, es decir, solo una ida y una vuelta al día. 

La mayoría de los trabajadores conductores son plenamente conscientes de este sobrecoste, sobre  todo desde que ha subido en torno a un 30% en las últimas semanas. Lo asumen, en su mayoría, en pro de su bienestar personal: con el coche ganan el tiempo al reloj, a la familia, a la comida, a la siesta, al madrugón mañanero; tiempo que no les facilitan los medios de transporte colectivo públicos y de empresa. 

El coche, reflexionan algunos consultados, te lleva de casa al trabajo sin pasar ni frío ni calor (algo muy determinante en buena parte del año en Burgos), te permite ponerte al día escuchando la radio o hacer las primeras llamadas personales y laborales, puedes cuadrar el paso por la guardería, por el colegio, por el supermercado...

Villalonquéjar es, además, un polígono extraordinario, el más grande de Castilla y León. Suma más de 7 kilómetros de punta a punta, desde la estación de la ITVhasta Bricomart, y, para colmo, transcurre en paralelo a una ciudad también muy larga en su diseño urbano, otros 7 kilómetros desde La Milanera a la Real y Antigua de Gamonal, lo que añade más kilómetros al acudir a trabajar. 

Las rutas de los autobuses de empresa y el municipal, la línea 19, no son atractivas para la gran mayoría de usuarios de esta zona industrial. Los viajeros de estos servicios son minoritarios y tampoco, según confirman las propias compañías de transporte, han aumentado exponencialmente, como sí lo han hecho los carburantes. A la mayoría de los ocupantes de los autobuses, les cuadran las rutas de su casa y su empresa y eso, en Villalonquéjar, es la cuadratura del círculo y, visto lo visto, un ahorro muy importante en salarios.

La línea 19 sale desde la plaza del Mío Cid de 7:30 a 21:30 (cada 60 minutos). En Gamonal madruga más, desde las 5:30 y 6:30, y las salidas desde Barrio de Villalonquéjar son desde las 8:00 a las 22:00 horas (cada 60 minutos).

Dicho esto, el Ayuntamiento no facilita o no dispone de datos de usuarios y de tráficos a Villalonquéjar, pese a que las avenidas de la Industria y Valentín Niño serán de las más transitadas de la ciudad en días laborales.

Alternativas. El uso de la bicicleta o de los patinetes eléctricos es una alternativa económica, aunque aún muy minoritaria. El que fuera proyecto estrella para resolver todos los problemas de movilidad, el uso del coche compartido, es residual y se da en casos muy particulares.  

Los pocos que acuden habitualmente a trabajar pedaleando son gente joven, aficionados a las dos ruedas bien equipados y convencidos de que uso les reporta salud y ahorros. Además, en la mayoría de las empresas hay espacio para aparcar las bicis. Casi todos hacen jornada continua (solo dos viajes al día) y si su trabajo es en jornada partida, acuden al mismo con la comida. Hay pocos que compaginarían 30 kilómetros diarios de pedaleo con una jornada laboral al frente de una máquina o moviendo mercancías. 

Paradójicamente, los tiempos de desplazamientos son muy similares a los de los coches. No así la seguridad, el principal handicap que tiene que afrontar un ciclista o el usuario de patinete eléctrico. 

Las críticas de éstos son numerosas: «No hay vías seguras porque no hay una red de carriles bici en esta zona industrial». «Incluso ni las aceras tienen rebajes para facilitar el acceso a las bicicletas». «Nunca se respetan las velocidades y muchos conductores van despistados, sobre todo a primera hora de la mañana y si no hay luz natural». «Cruzar rotondas como la de las Terrazas es un peligro constante por la intensidad de tráfico de coches y también camiones». «A la velocidad con la que se circulan, nunca se respetan los pasos de cebra».  «Hay camiones que dejan residuos en la carretera y los pinchazos con habituales».