El agua perpetua

C.M.
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La lluvia caída el lunes se coló por las grietas abiertas en el asfalto de la superficie de la plaza Santiago y se filtra a la siguiente capa como se puede observar en la cata abierta para evaluar la ejecución de la obra

La humedad puede verse en la imagen gracias a la sección de realizada en la obra para analizar el origen de las filtraciones al aparcamiento. - Foto: Alberto Rodrigo

La tromba de agua que cayó este lunes sobre la ciudad fue celebrada por todos los burgaleses menos por los propietarios del aparcamiento subterráneo de la plaza Santiago. Temían ese momento después de un verano extremadamente seco en el que no ha habido nuevas filtraciones salvo las tres que se mantienen en la parte central. Sin embargo, los 6,8 litros por metro cuadrado que cayeron durante dos horas y media evidenciaron la defectuosa ejecución de la obra de remodelación que no ha acabado con las goteras. 

La lluvia también puso de manifiesto que las grietas que han aparecido en el pavimento superior a base de aglomerado asfáltico dejan pasar al interior el agua de la lluvia como se puede ver gracias a la cata realizada para evaluar la ejecución de los trabajos y comprobar si el cambio de material (en el proyecto era de asfalto fundido pulido) ha podido contribuir a que no se solucionen las filtraciones en el aparcamiento. 

La sección de vertical permite observar las diferentes capas que se han realizado para elevar la plaza unos metros con el objetivo de desviar el agua de lluvia y sacarlo al exterior. La comunidad de propietarios del estacionamiento muestra su preocupación ante esta situación. «Al hacer la cata se ve claramente que en la parte elevada no pusieron tela asfáltica y el agua se filtra en la estructura. Por las fisuras abiertas se cuela el agua por el hormigón», lamentó su presidente. 

Durante esta semana continuarán las catas con el objetivo de emitir un informe que determine si los trabajos se ejecutaron correctamente. Paralelamente, se está realizando un estudio para determinar los motivos de los agrietamientos en la superficie y las filtraciones en el párking y saber si se puede imputar al proyectista o al contratista «responsabilidades» por negligencias en la ejecución de la obra. Ello obligará a monitorizar los movimientos en la estructura y en los forjados durante seis meses y en los dos meses siguientes emitir una valoración. 

Nada se sabe sobre la declaración de lesividad para revertir el acto administrativo de la recepción de la obra firmado hace 11 meses. 

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