Cómo no van a ponerse de acuerdo las instituciones burgalesas en  formar un frente común para conseguir que Burgos recupere su posición como plaza fuerte e importante del Ejército de Tierra. El último episodio que ha encendido los ánimos de administraciones y partidos políticos ha sido el anuncio del Ministerio de Defensa de trasladar a Huesca a la plana mayor del Regimiento de Transmisiones número 1, que se marchará a Aragón en el segundo semestre del año. En total, abandonarán la base Cid Campeador, de Castrillo del Val, 33 efectivos, en este caso de alto rango. Un movimiento que no hace sino engordar el número de militares (y de civiles que trabajan para las Fuerzas Armadas) que ha perdido Burgos en la última década. La cifra es de preocupar. En total, la plantilla de Defensa en la provincia se ha reducido un 25% en los últimos diez años, al pasar de los 2.606 efectivos de 2011 a los 1.834 del presente ejercicio, la friolera de 772 menos. 

La estadística aparece en la respuesta que le ha dado el Gobierno a los senadores burgaleses del PP, Javier Lacalle y Cristina Ayala. En dicha contestación el Ejecutivo central asegura que «la reducción de efectivos no es un objetivo en sí mismo de la política de personal del Ministerio de Defensa, sino consecuencia de la planificación que, en coherencia con las disponibilidades financieras, mantiene en todo momento la capacidad operativa». Añade, además, que con la actual plantilla las Fuerzas Armadas, «modernas y profesionales», están «preparadas para afrontar con eficacia las exigencias de su misión, tanto en el ámbito nacional como en el internacional».
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