Fue en este fin de semana, en una visita profesional a la iglesia de Villafranca Montes de Oca, cuando me ratifiqué en la idea de la potencia que tiene el fenómeno jacobeo en este 2022 que prolonga el Año Santo que en puridad se celebró en 2021. Vi, y no exagero, a centenares de viajeros que a eso del mediodía llegaban a la vieja población con el cansancio en sus pies y la alegría en sus rostros. En sus palabras se intuían múltiples lenguas y en sus caras distintos continentes. Tras dos años de parón, el Camino Francés, la vía a Santiago por antonomasia a pesar de la consolidación de nuevos itinerarios, vuelve a llenarse de gentes de todas las partes del mundo que ponen sus miradas en ese fin de la tierra donde se encuentra el santuario del apóstol, una de las iglesias más imponentes de la Cristiandad.
Probablemente, las motivaciones que llevan a los romeros a iniciar este camino iniciático sean múltiples y diversas y de ahí la grandeza del fenómeno que une espiritualidad, cultura, afán de reto, intento de introspección o de conocimiento de otras gentes.
Burgos tiene la fortuna de tener uno de los tramos más largos y diversos del camino. Nuestra provincia es cruzada de Este a Oeste discurriendo por paisajes extraordinarios quedando el recorrido salpicado de hitos monumentales de gran significación, muchos de los cuales están en íntima conexión con el fenómeno santiaguista sin el que serían inexplicables.
Burgos no se halla de espaldas a este fenómeno gracias a la actuación de algunos grupos como la asociación de Amigos del Camino, pero es necesaria una mayor implicación y nuevos retos. En este sentido es de resaltar el compromiso de la Fundación del VIII Centenario de la Catedral, que desde su constitución ha entendido este edificio como parte referencial de esta vía. Gracias a ella, en los aciagos momentos de la pandemia se realizaron algunas actuaciones que permitieron mantener viva en esos tiempos complicados la llama jacobea.
Este año, merced a la actuación conjunta de la Fundación, la Asociación y la Diputación tendremos la fortuna de profundizar en nuestra impronta jacobea trasladando al mundo la importancia de unas tierras que siempre han sido parte fundamental de uno de los grandes caminos espirituales y culturales del mundo.