Mena gana a Villarcayo y es el segundo municipio más poblado

A.C. / Villasana-Villarcayo
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El territorio más norteño ya acabó 2021 por delante y a lo largo del pasado 2022 ha seguido creciendo hasta los 4.233 habitantes frente a los 4.048 de Villarcayo, muy lejos de los casi 5.000 que rozó en el año 2011

En la guardería de Villasana de Mena muchos niños son de familias recién llegadas. - Foto: A.C.

En 2012, la entonces alcaldesa Mercedes Alzola hacía un llamamiento a los residentes en Villarcayo para que se empadronaran y el municipio no se viera afectado por la propuesta del gobierno de agrupar municipios de menos de 5.000 habitantes. En 2011 Villarcayo con sus pedanías había alcanzado los 4.859 vecinos, su cifra más alta en este siglo. Pero la caída desde entonces ha sido incesante y a pesar del repunte de 2022, se ha convertido en el tercer municipio más poblado de la comarca dando paso al Valle de Mena que se ha situado por detrás Medina de Pomar. El Instituto Nacional de Estadística hizo públicos en diciembre los datos oficiales de población a 1 de enero de 2022, según los cuales Villarcayo bajaba a 3.942 habitantes y el Valle de Mena crecía hasta 4.030. Esa diferencia solo ha hecho que crecer a lo largo de los últimos doce meses, porque el 1 de enero pasado, los censos contabilizaban 4.048 personas en Villarcayo y 4.233, en Mena. 

Los datos demográficos demuestran como en el Valle de Mena la natalidad es mayor, puesto que en 2021 ya se contaban 131 niños de 0 a 5 años frente a los 99 de Villarcayo y 190, de 5 a 10 años frente a los 161 del ya tercer municipio por población. En el colegio Princesa de España de Villarcayo, el descenso de la población infantil también se evidencia con 301 alumnos matriculados este curso frente a los 358 del 2018/2019, mientras que en el Valle de Mena han crecido desde los 231 de entonces hasta los 259 escolares de la actualidad.

Las cifras de niños de 0 a 3 años en las guarderías de un municipio y otro son similares, con 31 niños en Villarcayo -algunos de otros municipios- y 27, en Villasana de Mena. No obstante, Nerea Martínez, la directora del centro infantil de Villasana ve como van llegando niños de familias recién llegadas al Valle. En el último año han sumado 5 y para septiembre ya tiene 4 niños de recién llegados que han reservado plaza. Por el contrario, en Villarcayo no se da ese fenómeno y los pequeños son de familias ya afincadas hace años, como explican sus responsables.

Una imagen del centro de Villarcayo, donde el envejecimiento crece.Una imagen del centro de Villarcayo, donde el envejecimiento crece. - Foto: A.C.

Sin oportunidad laboral. El alcalde de Villarcayo, Adrián Serna, valora como muy positivo para el censo que la mayoría de los empleos industriales de la comarca se encuentren en el polígono del municipio. «Pero a muchos jóvenes les gustaría quedarse y no tienen oportunidades de desarrollo profesional», añade. Los nómadas digitales que solo necesitan una buena conexión a internet para trabajar son una de sus esperanzas.

Es cierto que Villarcayo puso en marcha el pasado año el cheque bebé municipal pero no parece suficiente. Frente a ello, el Consistorio menés mantiene una política social con 123.600 euros en el presupuesto de 2023 destinados a las becas para los alumnos de la guardería -de hasta 100 euros mensuales-, los de la Escuela de Música, los que acuden a academias de inglés o los universitarios. Asimismo, apoya a todas las familias con la gratuidad de los libros de texto escolares. La alcaldesa del Valle de Mena, Lorena Terreros, destaca el «efecto llamada» de estas políticas sociales, aunque admite lo que es una evidencia, que el Gran Bilbao, a 35-40 minutos de coche, es el gran vivero laboral de casi todos los meneses, que de este modo no se ven obligados a emigrar. Por otra parte, muchos vizcaínos se afincan en el Valle de Mena atraídos por los bajos precios de su vivienda. Terreros afirma que «la cercanía a Vizcaya nos favorece mucho y si nos hacen la vía rápida nos ayudaría aún más».

El incremento poblacional del Valle de Mena se ha repartido por todas sus pedanías, que alcanzan las 43 con más de un centenar de núcleos de población, debido a la gran cantidad de barrios dispersos. La alcaldesa así lo comprueba con los constantes empadronamientos, lo que provoca que en el Valle de Mena la población no esté tan concentrada en la capital administrativa, Villasana, que está algo por encima de 1.600 habitantes, frente a lo que sucede en el municipio villarcayés, donde su capital alcanza los 3.000. Eso conlleva que Villarcayo siga manteniendo aún mayor músculo comercial y de servicios privados a la población frente al Valle de Mena.

Pese a ello, en el último año apenas se cuentan dos nuevos pequeños negocios en Villarcayo, una lavandería y un servicio de mantenimiento de calderas de calefacción, a los que se ha sumado en noviembre pasado el supermercado Lupa, con 35 nuevos empleos. En Villasana también han abierto sus puertas, entre otros negocios, un centro de estética de uñas o la clínica de la fisioterapeuta Aida Gorostizaga, de solo 24 años. La joven menesa arrancó en abril y ya busca otro fisioterapeuta que la apoye. «Si noto el crecimiento de población, porque tengo muchos pacientes que no conozco y me cuentan que han venido después de la pandemia buscando una casa con jardín», asegura.