Una balconada que mira al futuro

I.P. / Sargentes de la Lora
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Imanol Olarte e Igotz Echevarri acaban de abrir la casa rural La Médica en Sargentes. Cambian Vizcaya por Las Loras convencidos de su potencial turístico al amparo del Geoparque

Imanol Olarte e Igotz Echevarri, 'Gari' para los vecinos, acaban de abrir la casa rural La Médica en Sargentes de la Lora. - Foto: Luis López Araico

Imanol Olarte llegó a Sargentes de la Lora en 2009 con un grupo de cazadores, algunos ya con muchos años de rodaje por la localidad. Desde ese primer momento conectó con la gente del pueblo, se dejó llevar por el movimiento de los caballitos del campo de Ayoluengo y se enamoró del paisaje de la zona, de su cielo estrellado, de la tranquilidad de sus campos y sus calles y de su historia. Desde entonces no ha dejado de volver al pueblo, en un camino compartido por su mujer Igotz Echevarri, Gari para los vecinos. Tienen casa alquilada en Sargentes y por si esa vivienda no les uniera suficientemente al pueblo, se han embarcado en la casa rural La Médica que acaba de abrir sus puerta para acoger a cuantos quieran disfrutar de paz, del patrimonio megalítico e industrial del municipio y de la naturaleza.

No dejarán del todo su Miravalles, localidad cerca de Bilbao, donde tienen su residencia, e Imanol su empresa de transporte, y donde viven sus padres, hermanos e hijos, pero lo cierto es que cada vez estarán más en Sargentes una vez abierta la casa rural, sobre todo Gari, y él siempre que su trabajo se lo permita. Ambos se sienten muy a gusto en el pueblo, donde fueron recibidos con los brazos abiertos y donde se han involucrado en todos los aspectos de la vida local. Son ya dos vecinos más y no solo ellos, también su familia que viene con frecuencia, y si no que se lo pregunten a su nieto, que disfruta en el pueblo de una libertad que no tiene en la ciudad vasca, dice Gari. 

La oportunidad de quedarse con la que fuera hace décadas la casa de la médica -de ahí el nombre-  surgió hace dos años largos cuando el Ayuntamiento, titular de la misma, la sacó a subasta. El propio alcalde, Carlos Gallo, les animó viendo lo a gusto que estaban en el pueblo y la necesidad de contar con un establecimiento rural. Cogieron el guante y ofertaron por ella. La pandemia ha ralentizado su rehabilitación, pero por fin ha llegado el día de su inauguración.

Estas dos últimas semanas han trabajado muchas horas para terminar de rematarla, montar muebles y colocar la decoración que, por cierto, prácticamente toda está hecha por Gari, que tiene unas manos de oro para las manualidades. Por su parte, a Imanol lo que se le da bien es la cocina, como buen vasco, y piensa sacar partido de ello, preparando menús. Las tortillas y las croquetas de Imanol -así se llamarán- ya son alabadas en el pueblo cuando las hace para los distintos eventos que se celebran, así que formarán parte de esa carta que se ofertará a los clientes.

Pero además la pareja ha adquirido un terreno colindante a la casa porque quieren diversificar el negocio instalando una carpa para poder acoger eventos como cumpleaños, comuniones, fiestas y celebraciones que no sean demasiado numerosas «porque preferimos trabajar más la calidad que la cantidad», afirman. Además, quieren dar cursos y organizar eventos y jornadas temáticas. 

Esta pareja no se aventuró porque sí en este proyecto, sino convencidos del potencial turístico que tiene Sargentes y su entorno. Si ya recibe muchas visitas por el Museo del Petróleo, su patrimonio megalítico y el campo de Ayoluengo, estar integrado en el Geoparque de Las Loras es otro atractivo más que sumar, sin olvidar el potencial natural del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.