Tras años anhelando más suelo en el que poder acoger nuevas empresas y servicios, especialmente relacionados con el mundo de la logística, la ampliación de la Aduana es ya una realidad. Los trabajos de urbanización de 225.000 metros cuadrados entre la terminal ferroviaria de Villafría y el aeropuerto están terminados a falta de unos últimos remates en materia de electricidad y saneamiento, que no impiden en ningún caso la llegada de nuevos inquilinos. Atrás ha quedado una inversión de 6,7 millones de euros, un 40% menos de los 11,5 millones por los que salió a concurso, y un año de obras.

El Centro de Transportes Aduana de Burgos lleva trabajando meses para planificar cómo va a ser la implantación de las compañías en estos nuevos terrenos. Es ahora, con las obras a punto de entregarse, cuando las muchas conversaciones que se abrieron con grupos empresariales se están intensificando más si cabe.

En el seno del Cetabsa hay en estos momentos dos propuestas firmes sobre la mesa que podrían fructificar en un corto periodo de tiempo: la primera corresponde a una gran multinacional del mundo de la logística, cuyo nombre no ha trascendido aún por temas de confidencialidad, pero que se ha mostrado muy interesada en ubicarse en Villafría. La intención de este gigante, de talla internacional, es adquirir alrededor de 20.000 metros cuadrados en los que levantar un complejo para operar tanto en la capital y provincia como en el norte de España. De concretarse la operación, que implicaría una inversión de varios millones de euros en Burgos, esta sería la primera vecina en la nueva ampliación de la Aduana.

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