Dos días después de la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, la Junta Electoral de la Universidad de Burgos suspendió el proceso electoral al Rectorado, justo después de la proclamación definitiva de los tres candidatos (Manuel Pérez Mateos, Juan Manuel Manso y Carlos Larrinaga) y un día antes de que diera comienzo la campaña. Con la reanudación de los procedimientos administrativos el pasado lunes, el citado órgano de la institución se reunió ayer para acordar la reanudación de los comicios «al momento de inicio de la actividad docente presencial del próximo curso».
«No se dan las circunstancias que permitan continuar o reanudar el proceso en este periodo, ya que existen importantes condicionantes que limitarían en buena medida la deseable participación democrática de la comunidad universitaria», explica la Junta Electoral. En este sentido, hace referencia a que la situación generada por la pandemia afecta a la limitación de movimientos y a la utilización de espacios, lo que redundaría en una «merma importante de cara a garantizar la efectividad del derecho de sufragio» de alumnos, profesores y resto de personal. Recuerda que la institución ha aprobado la adaptación de la actividad docente y de evaluación a la modalidad online para lo que queda de curso, sin que se vaya a producir un retorno «general y ordinario» de los estudiantes y docentes, ya que respecto a estos últimos se prioriza el teletrabajo. Y finalmente, considera que todas las medidas de seguridad y protección adoptadas para contener la covid-19, «podrían condicionar el desarrollo de la campaña en la que los candidatos defienden y debates sus programas e ideas, al igual que afectar a la propia jornada de votación.
Los miembros de este órgano también acordaron por unanimidad mantener la vigencia de los acuerdos y trámites aprobados con anterioridad, de tal forma que el proceso se reanudará en el mismo punto en el que se suspendió. El cuándo sucederá es lo que no todavía no se conoce y dependerá de la evolución de la crisis sanitaria. La UBU anunció en mayo que el inicio del curso se hará de manera presencial, «si es posible», adoptando medidas como la realización de test a los trabajadores o la adaptación de espacios para mantener las distancias de seguridad.
Pero antes de que se retomen las elecciones a rector, deberá producirse la publicación del nuevo censo electoral, actualizándose el publicado en febrero con las incorporaciones de alumnos y personal. Una vez cumplido ese trámite tendrá también que renovarse la Junta Electoral al haber expirado los cuatro años de mandato, algo que se efectuará mediante sorteo público. Será ese órgano recién constituido el que «procederá a la adaptación del calendario a la nueva realidad al inicio de la actividad docente presencial» y partir de ahí se retomará el proceso. Fuentes consultadas por este periódico consideran que esta tramitación no tiene por qué dilatar los plazos en exceso y ven posible la continuación del mismo en octubre o noviembre.
El máximo responsable académico y aspirante a la reelección, Manuel Pérez Mateos, no entró a valorar la decisión tomada y mostró su «absoluto respeto a las resoluciones de la Junta Electoral». Por su parte, el profesor Juan Manuel Manso, de la Escuela Politécnica de la Milanera, consideró que «se trata de aplicar el sentido común a los procesos y ahora no era el momento», mientras que Carlos Larrinaga, de la Facultad de Económicas y Empresariales, calificó el acuerdo de «razonable porque tenemos que estar a lo que digan las autoridades sanitarias y no hay prisa».