Los preparativos de la Fiesta de las Flores avanzan a buen ritmo desde que comenzaran a principios de esta semana. La imagen de la ciudad va cambiando en aquellos puntos en los que profesionales de toda España están dejando su impronta, con especial atención a la plazas del Rey San Fernando y de Santa María en el homenaje a la Catedral que pretende ser esta octava edición con motivo de la celebración de su VIII Centenario.

En el exterior del templo gótico trabaja la Escuela Andaluza de Arte Floral, cuyos miembros han decorado la escalera del Sarmental con más de 6.000 claveles combinados con piezas de metacrilato imitando las agujas y el rosetón. El trabajo se encuentra ya muy avanzado y ahora se presta atención a su mantenimiento debido a las inesperadas altas temperaturas de estos días. «El agua es fundamental», reconoce David Ruiz, vicepresidente de la Asociación de Floristas y Jardineros (Flojabur), organizadora del evento, que cuenta con la implicación económica del Ayuntamiento.

Los floristas de Burgos no están solos y en esta ocasión han logrado mover a un centenar de personas entre profesionales y voluntarios, estos últimos procedentes del centro educativo María Madre-Politecnos. Una veintena de asociaciones y escuelas, incluida las nacionales de arte floral y de diseño, participan en esta cita repartiéndose la decoración de los distintos espacios. Porque, además de la Seo, las flores y las plantas se dejarán ver en la fachada y el balcón de la Casa Consistorial, el Palacio de Capitanía, el patio exterior del Monasterio de San Juan y el Palacio de Castilfalé, sin olvidarse del epicentro de la fiesta, la plaza Huerto del Rey, donde se desarrolla el mercado de las flores y esté presente Flojabur.

Todo estará preparado para mañana, cuando dé comienzo cita cada vez más consolidada que se retoma con fuerza tras dos años de parón por la pandemia. La muestra se extenderá hasta el domingo y e incluirá una programación paralela con distintos talleres y sendos concursos en redes sociales.