Embriagadas por el aroma de miles de plantas de lavanda, casi medio centenar de personas se reunieron ayer en uno de los conciertos del Granero de San Francisco, en Santa Gadea del Cid. El idílico entorno, además de servir para degustar una suave y fresca cerveza hecha en el pueblo, se empleó para escuchar un dulce sonido nacido en Miranda. El dúo Marina y Celia expuso ante el variado público su repertorio de homenajes a la música pop y hasta sorprendió con la puesta en escena de una canción propia inspirada en anuncios televisivos.
La imagen de niños, mayores y adultos disfrutando en torno al la tierra bañada de violeta y la música en directo se alzó como una estampa única. No se trata de la primera actuación organizada en el granero, pero cada una tiene su elemento especial. Eso sí, al mismo tiempo mantienen su esencia y, como reconoce Koldo Madariaga, el gestor de la explotación de lavanda, cada cita está hecha «para toda la familia». Por ese motivo, al escenario se le suma un comedor interior, una tienda de exquisitos productos artesanales y un bar al aire libre para combatir el calor.
Con esa propuesta el Granero de San Francisco está consiguiendo «generar desarrollo» no solo en Santa Gadea del Cid, sino también en cada pequeño pueblo de su entorno. «Al final quien viene al concierto puede comer cualquier sitio de la zona o pasar el día, las sinergias son clave», resume Madariaga.
El gestor de este peculiar emplazamiento, amurallado por una estructura del siglo XV, saca partido de su posición estratégica. Y no solo a la hora de captar curiosos. Madariaga apuesta por el talento de la comarca, como demuestra la última actuación de Marina y Celia, o la anterior realizada a cargo de «Daniel Guantes, que es de la capital, y el fin de semana que viene, unos chicos de San Sebastián, pero con raíces mirandesas».
Así las cosas, los domingos del Granero de San Francisco se han consolidado desde 2019 como un evento curioso y divertido «para todas las edades». Unido a ello, desde la organización cuidan cada pequeño detalle y, sobre todo, buscan perpetuar un modelo concreto, puesto que «intentamos que los grupos vayan acorde con el entorno, que tengan un poco de tranquilidad», explica Madariaga. Ahora bien, a la vez reconoce que «también hemos tenido alguno más movido, como Quantum Space». En resumidas cuentas, la variedad, en todos los sentidos, es su verdadero sello de distinción.