El último informe Defensor Universitario, el correspondiente al curso pasado y expuesto ayer el Pleno del Claustro, llama la atención sobre dos cuestiones que presentan una «densidad conflictiva digna de resaltar»: los problemas de convivencia y las novatadas.

Respecto a la última cuestión, el órgano que preside el catedrático de Derecho Medieval Javier Peña considera conveniente que los responsables del «buen gobierno» de la Universidad se dotaran de los instrumentos necesarios para informar a los alumnos implicados en las novatadas (tanto sujetos pasivos como activos) sobre sus «derechos y las implicaciones penales» que pueden tener sus actuaciones, además de denunciar las iniciativas orientadas a la repetición de estas prácticas recogiendo quejas o actuando de oficio cuando se desarrollen públicamente en el entorno universitario.

La propuesta del Defensor Universitario no ha caído en saco roto y, según fuentes de la institución académica, la UBU trabajará, en coordinación con los representantes de los alumnos y de los distintos centros, en la elaboración de un reglamento que ponga coto a estas conductas que se quiere poner en marcha coincidiendo con el inicio del próximo curso.

En cuanto a los problemas de convivencia, el informe recuerda  la «frecuente falta de disciplina y respeto en la aula», alertando de aquellas conductas que en algunos casos degeneran hacia «actitudes de agresividad». Es más, asegura que durante el pasado curso este tipo de episodios de han dejado notar con «notable acritud», trascendiendo el ámbito universitario y llegando al judicial, en el que -según este órgano- se «ha dictado al menos una sentencia condenatoria hacia tres alumnos acusados de proferir insultos y amenazas a través de las redes sociales hacia un docente».

El órgano universitario reconoce que se trata de un problema «muy complejo» en el que alumnos y profesores «deben utilizar» todas las herramientas legales, si bien cree que «no estaría de más que se habilitaran protocolos para que todas las partes implicadas contaran con instrumentos normativos disuasorios para poner coto a estos comportamientos».

 

bajan las quejas. Al margen de estas dos cuestiones, el resto del informe refleja un descenso de las intervenciones del 36,5%, al pasar de las 129 de 2012 a las 82 del curso pasado. La caída se nota sobre todo en las quejas, de 87 a 48, mientras que las consultas pasan de 42 a 34. La gran mayoría procede de alumnos y las principales materias objeto de atención han sido las evaluaciones, la organización y la convivencia. La Facultad de Humanidades es la que más ha acudido a este órgano, seguida de la Politécnica y de Económicas.