«Queremos que los alumnos sean capaces de cambiar el sector»

diariodeburgos.es
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Alrededor de 100 alumnos han comenzado este año el primer curso en el Basque Culinary Center, pero la demanda se establece en torno a 300 solicitudes de media. Toca entender qué se busca y cómo funciona este centro universitario de la mano del director académico Alex Beitia.
 
PERFIL. Para escoger a los alumnos, que este año superan el 25% de extranjeros, se basan en cuatro criterios fundamentales. En primer lugar, el académico. Al ser una titulación universitaria oficial, todos tienen que tener aprobada la PAU. El segundo pilar se centra en unas pruebas y dinámicas realizadas junto a especialistas donde se sacan datos de participación, de trabajo en equipo y de carácter. Otro punto fundamental son los idiomas. El centro imparte clases en inglés y español, por lo que los alumnos deben tener un nivel mínimo B1. 
El último paso es quizás el más importante para comenzar y se basa en la motivación. Buscan alumnos apasionados así que, antes de entrar, todos deberán escribir una carta o grabar un vídeo donde expliquen por qué quieren ir al BCC, por qué han elegido esa carrera o qué les evoca. 
«Los ves llegar y por cada uno de sus poros sale motivación. Vienen como si hubiesen sido los elegidos. Es una cosa que yo no había visto en otras carreras», señala Álex Beitia, director académico del Basque Culinary Center.
 
FORMACIÓN. El Grado en Gastronomía y Artes Culinarias gira en torno a cinco áreas de conocimiento. 
La primera es la propia forma de cocinar y servir. Los alumnos aprenden toda la variedad de técnicas culinarias y de características de cada producto con el que trabajar. Por otro lado, durante estos cuatro años se encuentran con el área de gestión, que explica cómo funcionan, por ejemplo, los equipos, restaurantes, clientes o proveedores. Es decir, en ella se empapan de unas nociones básicas a nivel de empresa. 
La cultura y el arte unido a la gastronomía es imprescindible para conocer la historia y entender los hábitos de cada etapa, por lo que esta es otro de los pilares académicos. 
Además, la ciencia, para entender cómo son los procesos químicos que sufren los alimentos. Y por último, la innovación e investigación. «Queremos que nuestros alumnos sean capaces de cambiar el sector», expresa Álex Beitia.
 
SALIDAS PROFESIONALES. Una de las más importantes es la gastronomía centrada en restaurantes, la hostelería en general. Pero a través de la formación en el BCC se cubren otras áreas que tienen una necesidad básica como pueden ser cocinas centrales, encargadas de la distribución a colegios u hospitales, o las industrias alimentarias, ya que, tras su formación, los alumnos conocen las técnicas culinarias imprescindibles como envasado o conservación. Cuenta con una salida extra relacionada con el emprendimiento y la innovación, ya que podrán aplicar sus nuevas destrezas a diferentes empresas el día de mañana.
La universidad surgió con una polémica en torno a su desarrollo. Se centraba en la suma millonaria de siete millones de euros que recibió del Gobierno central por parte de la ministra socialista Cristina Garmendia; tres millones de euros del gobierno vasco; un millón de la Diputación y en torno a 17 millones de las empresas colaboradoras pero los profesionales que la mantienen reconocen que fue la ocasión perfecta para cubrir un nicho que estaba vacío. Una carrera nueva que tuvieron que soñar cogiendo de referencia el resto de sectores. «Cualquiera tenía sus estudios profesionales pero, la gastronomía no, y no fue nada fácil», añade Álex Beitia.
Tras cuatro años de formación, o de entrenamiento, como prefiere llamarlo él, saldrán profesionales no solo formados a nivel académico sino también científicamente y a nivel de gestión o innovación y desarrollo. «Es un plus que sea una carrera desde el punto de vista que es muy práctica. Nuestros alumnos se pasan el 60% del tiempo que están en la facultad en proyectos o talleres. Además cuentan con períodos de práctica obligatorios cada año», explica el director académico del Basque Culinary Center.
Un centro que comienza su cuarto año y del que saldrá la primera promoción de universitarios gastronómicos. El ‘feedback’ por ahora es positivo, con gran acogida en el sector. Sus claves: el planteamiento práctico y el área en el que se ubica. El sector gastronómico está de moda, tiene futuro y se encuentra en todas partes, hasta en un simple pincho.