La mayor mentira que le pueden contar a un ciudadano cualquiera antes de unas elecciones es la de que la campaña electoral empieza quince días antes de que tengamos que acudir a las urnas. No sé si a ustedes les pasa, pero yo tengo la sensación de que, desde hace años, vivimos permanentemente o bien en una precampaña eterna, o mal en una postcampaña interminable. Cada vez que leo en algún libro de Historia o escucho en algún documental sobre el pasado que en tal país sucedió tal cosa en un periodo de entreguerras, pienso en esto. Que vale que sé que no es lo mismo, pero como ejemplo me vale.

Si fuera periodista, le diría exactamente la cantidad de población que ocupa la franja desde los dieciocho hasta los treinta y cinco años, y cuánto personal se ubica en la que va desde los sesenta y cinco a los, un suponer, ciento veinte años de edad. Expondría datos, daría argumentos, contaría al personal uno a uno y les expondría la verdad. ¿Y saben cuál es? Pues muy sencillo. Al igual que con las películas de Marvel o el perreo discotequero, yo, a mis cuarenta y seis años, ya no soy el público objetivo de los políticos en campaña electoral. O bien dan mi voto por ganado o lo dan por perdido, o peor, por amortizado porque, a todos los que tenemos desde treinta y seis años hasta sesenta y cuatro, los políticos en campaña solo prometen darnos la lata. Ni tren para recorrer Europa a mitad de precio, ni cine baratito los martes, ni autobús urbano gratis. Será porque vivimos en un periodo de entredades, y por eso no nos toca.

Pero si soy justo, he de decir que esto no es la primera vez que me pasa. Cuando era adolescente, el Carné Joven duraba hasta los veintitrés años. Cuando cumplí veintisiete lo ampliaron hasta los veintiséis. Cuando cumplí treinta y uno, lo ampliaron hasta los treinta. Un despropósito. En fin. Como en realidad soy de los que creen firmemente que ningún político me cambiará jamás la vida, al menos para bien, voy a empezar a partir de hoy mi periodo de reflexión, porque este zoco de promesas en que se han convertido las campañas electorales del siglo XXI empiezan a darme una pereza absoluta. Y fíjense que yo quería hoy hablarles de fútbol. Y ni por esas.

 @VladimirConV