Ayer, cuando alguien me preguntaba para qué servía tener redes sociales, solía responder que, aparte de por las risas, porque siempre que pasaba algo te enterabas primero por ahí. Hoy, las risas cada vez son menos, los cabreos son más, y como solo te informes en X, tienes garantizado no enterarte de absolutamente nada. Y digo X (el antiguo y añorado Twitter), porque es la red social que me pilla más a mano, pero en todas es igual.
Viene esto a cuenta del desgraciado suceso que acabó en muerte por electrocución del joven futbolista cuyo cuerpo fue encontrado entre dos vagones de un tren parado en la estación. Y con estrambote, pues el cadáver estuvo allí cuatro días hasta que, sorpresivamente, fue encontrado en un desafortunado directo de un matinal de TVE. Los cuatro días que transcurrieron desde su desaparición hasta el fatal hallazgo, las redes sociales fueron un hervidero de medias verdades, mentiras completas y estupideces varias. Todas encontraron hueco en prensa, radio y televisión. Que si bailó con la novia de alguien que no debía y se habían cobrado su venganza. Que si algún desalmado lo había recogido como autoestopista y lo tenía secuestrado. Que si la seguridad y empleados de la estación de tren que le impidieron acceder al tren en el que pretendía viajar sin billete por haber perdido uno anterior tenían la culpa. Que si nadie quiso ayudarlo o que si él no aceptó ayuda que le habían ofrecido. Todo el mundo tenía una teoría, todo el mundo conocía a alguien que sabía la verdad. Teorías, conspiraciones, desinformaciones, bulos. Y todo para acabar de una manera traumática, descorazonadora e incomprensible. Nadie sabe por qué se encaramó a un tren y halló el final que todos sabemos. Policía y autoridades dando todo tipo de explicaciones, con todo lujo de detalles que ni queríamos ni nos hacía falta saber.
Y a pesar de todo, aún hoy lees en X a gente que no se cree la versión oficial, que todo es mentira, que hay una verdad más oscura que nos ocultan. Teorías. Conspiraciones. Nuestra vida, seguramente, no es una simulación, pero cada vez hay más gente que abraza con alborozo la loca idea de que sí lo sea. Y si no lo es, que sea una tertulia televisiva eterna…
@VladimirConV