Con la reciente presentación de una propuesta de inicio de descolonización de los museos españoles parece que los nuevos responsables del Ministerio de Cultura están dispuestos a iniciar una senda que tiene un confuso destino. Aunque tendremos que esperar a que se materialice un documento en que se defina con más claridad en qué consiste el concepto de descolonización museística y las acciones para llevarlo a efecto, preveo que serán muchos los problemas que se generen. Estoy de acuerdo con las propuestas surgidas, en muchos casos, desde los propios museos, de presentar las secciones de sus colecciones vinculadas a otros territorios con un planteamiento museológico no tan europeísta como ha venido siendo habitual. Sin embargo, tengo infinitas reservas a abrir un proceso de devolución de piezas o colecciones solamente por el hecho de proceder de otros territorios en otros tiempos dependientes de España. Como premisa básica es exigible un estudio individualizado en el que, en primer lugar, debe atenderse a la legislación vigente en el momento del traslado de la pieza o colección y a las circunstancias de su salida.

Desconozco si se ha planteado que este proceso de descolonización tenga también una vertiente interna y puedan devolverse a sus lugares originales muchas de las piezas que salieron en circunstancias dudosas de localidades españolas para acabar en museos madrileños. Hubiera sido de agradecer que, si verdaderamente se quiere abrir el melón de la descolonización de los museos, las autoridades ministeriales hubieran anunciado con tanto ardor como el empleado para iniciar este proceso una campaña paralela de recuperación de los miles de obras hispanas que se encuentran en el extranjero y cuya salida de nuestro territorio se produjo, en muchas ocasiones, como consecuencia del expolio y al margen de la ley vigente en aquellos momentos. Piensen, por poner un ejemplo, en los bienes robados por las tropas invasoras napoleónicas perfectamente documentados y conocida su ubicación en la actualidad. Los problemas de los museos españoles son muchos, pero quizá el menos acuciante sea el de plantear su descolonización.