Alfredo Scalisi

Plaza Mayor

Alfredo Scalisi


De ilusión también se vive

02/01/2024

Si ustedes pasean por la calle Isilla de Aranda de Duero, allá por el día de Reyes, y deciden entrar en uno de sus estupendos mesones para degustar un suculento pincho, tal vez se lo impida un gigante con la espalda como un ropero abierto que ocupa toda la puerta y que les recuerde a Rüdiger, el defensa del Real Madrid. No le den más vueltas, es Rüdiger. Si se echan para atrás y arrollan a un rubio bajito con melena que se parece a Modric, no lo duden, es Modric. ¿Qué ocurre? Es la Copa, la magia de la Copa que está cumpliendo su misión: que los equipos más pequeños y modestos tengan la posibilidad de jugar, y hasta ganar, a los equipos más importantes del mundo. 

Aranda está de fiesta. El día 6 de enero, todo un Real Madrid visitará el Juan Carlos Higuero para ganarse su clasificación a la siguiente ronda de la Copa del Rey. El sueño de muchos jugadores de la Arandina que un día, hace ya años, decidieron dedicarse a dar patadas a un balón y competir contra futbolistas de categoría mundial se hará realidad, de la misma forma que, en esa noche, miles de niños habrán visto cómo sus deseos, gracias a los Reyes Magos, se han cumplido con infinitos regalos. 

Hay momentos que quedan marcados. En mi memoria estarán siempre presentes aquellos amaneceres repletos de impaciencia para ver los juguetes que me habían dejado Sus Majestades, al igual que esa ya lejana prórroga, en un Plantío invernal, donde un Real Burgos de Segunda B peleaba entre la nieve para pasar a cuartos de final de la Copa contra un poderoso Zaragoza de Primera División, mientras toda la ciudad contenía el aliento con la esperanza de que su equipo volviera a matar a otro gigante. No pudo ser. Aquel trallazo de García Cortés colándose en la meta de Bastón todavía me persigue.

Al final, ambos recuerdos, juguetes llenos de magia y partidos increíbles, proceden del mismo sitio: de la ilusión, esa que hace posible lo imposible y es capaz de que los niños despierten con la habitación llena de regalos o que un equipo humilde se enfrente al club más laureado del planeta.