Rafael Barbero

Lo que de verdad importa

Rafael Barbero


Referentes

30/10/2023

Todos hemos tenido referentes a lo largo de nuestras vidas que han generado una influencia extraordinaria a la hora de escoger los caminos que hemos tomado, en la definición de quiénes somos y en la concreción de cómo nos comportamos. Empezando, en muchos casos, por las figuras paterna y materna que nos marcaron en base a su capacidad de sacrificio, esfuerzo y guía. Siguiendo, en otros, por profesores que supieron iluminar los caminos más adecuados a elegir en unos momentos, los de juventud, de gran incertidumbre. O cómo no recordar a algunos jefes y compañeros de trabajo que actuando como verdaderos mentores pusieron en valor nuestras capacidades y permitieron que las impulsásemos hasta niveles que nunca hubiéramos podido imaginar. Estoy seguro que cualquier persona sería capaz de pensar en, al menos, un referente que ha marcado su vida. Por cierto, que nunca pensaremos en un referente como alguien infalible al error o a la equivocación; más bien al contrario, un referente tendrá éxitos y fracasos sin que ello varíe nuestra valoración sobre sus capacidades.

Si bien, si trasladamos el concepto de referente al ámbito empresarial las cosas cambian. Según un estudio realizado por una revista económica de actualidad los españoles valoran la imagen de los empresarios con un 6,2, lo que representa un aprobado alto, lo que se refleja en que el conocimiento de los empresarios innovadores entre nuestros jóvenes es muy reducido, mucho más influenciados por deportistas, músicos o tiktokers. Y está claro que cuando uno piensa en sus principales referentes, ya sean éstos sus padres, sus profesores, sus compañeros de trabajo o quien sea, nunca les daría una nota tan baja, siendo esta valoración muy relevante ya que es imposible que un colectivo al que se le valora con un simple 'bien' pueda ser la luz que ilumine a todo aquel que quiera ser emprendedor y lanzarse al mundo de la creación de una empresa. 

Según el Global Entrepreneurship Monitor, principal informe a la hora de entender el ecosistema emprendedor y de innovación en España, únicamente el 41% de los emprendedores en nuestro país determina la existencia de modelos de referencia como uno de los valores para emprender cuando la media en los países comparables es del 50% y hay muchos países que superan el 60%. Es decir, en España el emprendedor no se lanza a la aventura de iniciar su proyecto empresarial porque conozca empresas de éxito o porque valore adecuadamente a los empresarios que las impulsan. Y esto es uno de los elementos que determinan la falta de nuevos proyectos empresariales que generen empleo y valor para la sociedad.

¿Y como se puede revertir esta situación? Evidentemente la actual presión política sobre la figura de los empresarios no ayuda a mejorar esta valoración y esto es algo que los políticos se deberían hacer mirar. Pero en mi opinión, la mejora de la percepción social del empresariado debe ser tarea a iniciar por ellos mismos. Venimos de una época en la que la empresa apenas comunicaba qué hacía, con qué propósito, con qué valores y con qué aportación a la sociedad. Y únicamente hacían marketing con el objetivo de vender sus productos o servicios. Pero esta situación debe cambiar. La empresa y el empresario están obligados a ser más transparentes y a trasladar a la sociedad sus éxitos y sus fracasos. Sólo de esta forma se conseguirá que la sociedad en su conjunto, a través de adquirir un mayor conocimiento del cómo y del por qué se hacen las cosas en la empresa, mejore su percepción sobre las mismas y las identifiquen como auténticos referentes sobre los que aprender o a los que imitar.

Además, una mayor comunicación de los resultados generados por la gestión del empresario, así como de sus causas, ayudaría a reducir otro de los grandes obstáculos existentes para impulsar la creación de nuevas empresas y que no es otro que el miedo al fracaso. Según el estudio anteriormente citado un 58% de los potenciales emprendedores en nuestro país citan esta actitud como uno de los principales frenos para iniciar un proyecto empresarial cuando la media en los países comparables es de un 46% y hay muchos países por debajo del 40%. Aceptar que el fracaso, entendido como un resultado adverso en la gestión de la empresa, es algo consustancial al empresario y que no hay nadie infalible al mismo ayudaría a reducir el miedo o más bien pánico que existe a iniciar un proyecto por miedo a equivocarse.

Yo tengo grandes referentes en mi vida y puedo asegurar que les valoro enormemente y que nunca les podré devolver ni una pequeña parte de todo lo que me han aportado.

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