Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Cáncer

08/06/2023

Dicen que la política se ha convertido en un apartado de la industria del entretenimiento. En efecto, así ocurre. Actores de menor cuantía adquieren proporciones sobresalientes y la narrativa, sus enredos, sus conflictos alimentan nuestra cotidianidad y regocijan nuestro ocio. «El tinglado de la antigua farsa», la de los «Intereses Creados». La de Jacinto Benavente. Distraídos con estos embelesos, olvidamos lo importante y a quienes se ocupan de ello. Embobados.
Estas conjeturas disciernía yo, sepultado bajo la insana avalancha de proclamas preelectorales, cuando vi la noticia de que al soriano Jesús San Miguel, le acaba de publicar «The New England Journal of Medicine», la revista más importante del mundo en medicina clínica, noticia de un avance decisivo en la lucha contra el melanoma múltiple, cáncer feroz y contundente. Su terapia, Cilta-cel, añade esperanza de vida a los pacientes y duplica las posibilidades de sobrevivir.
Se doctoró en Medicina al abrigo de López Borrasca, un genio que creó una escuela de la que San Miguel es un discípulo sobresaliente. Catedrático en Salamanca, director del Centro de Hematología de su Hospital Universitario, se halla al frente ahora de la Dirección Médica de la Clínica Universitaria de Navarra y lidera un equipo que ya ha propiciado impagables avances científicos contra el cáncer.
Es la principal causa que arruina la vida de la gente. Y quienes le plantan cara desde el estudio, el talento, y la dedicación, deben ser objeto de nuestra conciencia y nuestra contemplación, fases previas al reconocimiento. Avances de este nivel no deben ser acallados por grotescos argumentos de políticos menores en manos de una opinión pública complaciente. Echarle cuentas a relatos como los del doctor San Miguel es algo que nos debemos a nosotros mismos como derivada del raciocinio y del sentido común. Ya vale, oiga.