Carmen Hernando

Desde la campiña

Carmen Hernando


Cómplices de matar niños

08/11/2023

Nos hemos vuelto locos. O igual es que nunca hemos aprendido, que es peor. Que en pleno siglo XXI estemos lanzando bombas me parece totalmente desquiciado y anacrónico, pero que matemos a un niño cada 10 minutos ya es algo para lo que no encuentro nombre.

Y hablo en primera persona del plural porque siento que mi parte del mundo la supuestamente 'más desarrollada', es la que está tirando las bombas. En Ucrania por lo menos tengo el consuelo de sentirme del lado de los que se defienden. Pero en Gaza no tengo ese alivio. Hamás es una organización terrorista, absolutamente despreciable, y como tal actúa y se la reconoce, sin ningún tipo de legitimación por parte de occidente. Pero, ¿Israel? El gobierno de Israel sí representa a mucha gente, le tratamos de igual a igual, y es amigo de nuestros amigos. En este mundo de bloques, se puede decir que estamos en el mismo bando. Y por eso yo me siento cómplice de esta matanza. De esta violación de los derechos humanos. De esta venganza. Porque cuando el 99% de los muertos son 'daños colaterales', civiles, de los cuales la gran mayoría son mujeres, niños y ancianos, la legítima defensa deja de serlo para convertirse en venganza.

No se puede responder a una injusticia con otra aún mayor. Cada niño muerto evidencia el fracaso de nuestra sociedad. Ni los ataques de Hamás justifican este genocidio, ni el holocausto tampoco. Todo lo contrario: sería de esperar que un pueblo que ha sufrido tanto reconociese una masacre cuando la ve, e hiciese todo lo que estuviese en su mano para que la historia no se repita. Pues no. No solo está llevando a cabo esta barbarie, sino que además no tiene compasión con la población de Gaza que tiene la suerte de no morir en sus ataques, y sigue bombardeando a los que entierran a sus muertos, a los que se refugian, sedientos y famélicos, en campos que creen seguros, o a los heridos en hospitales o ambulancias.

Yo no quiero una pausa humanitaria. Quiero un alto el fuego inmediato y una condena firme por parte de la comunidad internacional. Mientras no censuremos contundentemente las acciones de Israel, seguiremos siendo sus cómplices.