María Albilla

Plaza Mayor

María Albilla


Pecado capital

28/04/2023

Queridos, queridas, 'querides', permítanme pecar un poquito hoy. Lo necesito, se lo prometo, y más con lo que está por venir. Aun a riesgo de saber que puedo condenar mi alma y que este vicio capital puede ser la madre de otros que estén por venir, no puedo evitar la tremenda pereza que me está dando esta sempiterna precampaña electoral. La política se convierte y, si me permiten, se pervierte, en fechas previas a la fiesta de la democracia convirtiéndola en una tómbola, una suerte de subasta que gira en torno a la voz del ¿alguien da más?

A todos los ciudadanos nos parece lógico que ante unas elecciones los políticos vendan programa, pero lo que no es de recibo es que estos sean vacuos, oportunistas y en ciertos casos incluso imposibles de cumplir. Tampoco lo es, desde mi 'perezoso' punto de vista, que la política se centre desde meses antes de ir a las urnas en promesas porque gobernar no es prometer, es ejecutar las promesas que ya se hicieron y hacerlo en tiempo y forma. En la campaña se promete y en la legislatura, gane quien gane, se gestiona, ¿no?

Adolfo Suárez acuñó durante su discurso electoral del 13 de junio de 1977 aquella anáfora del «puedo prometer y prometo» que ha pasado a la historia, en muchos casos como coletilla humorística. Él prometió la antevíspera de ir a las urnas, pero aquí se están prometiendo, por ejemplo, en el tema 'top' de esta semana, más de 183.000 viviendas para alquiler social pensando en un 28-M que ya está mirando a las generales de diciembre. Nos quedan por delante ocho meses de regalarnos los oídos con bajadas de impuestos y precios, con alzas del PIB y en la creación de puestos de trabajo, con nuevas leyes que hiperregulan hasta cuándo nos vamos a tener que cortar el pelo… Ocho meses de pereza. Ya solo falta que nos prometan que va a llover. Por favor, puestos a prometer, prométanme que va a ser por la noche.