Gadea G. Ubierna

Plaza Mayor

Gadea G. Ubierna


Hablemos de paz

22/02/2023

Lamentaba Carmen Hernando el viernes pasado en la última página de este periódico que ningún mandatario con predicamento en el mundo parece estar haciendo nada por parar la escalada bélica que ha provocado la invasión de Ucrania, de la que este viernes se cumple un año. No puedo estar más de acuerdo con Hernando; comparto tanto su asombro como su preocupación y, a veces, dudo sobre si seremos excepción. No se entiende, si no, que a estas alturas no haya una corriente coordinada de pensamiento y acción clamando para que, además de debatir sobre el envío de armas, tanques y del adiestramiento militar, alguien plantee en serio la conveniencia de empezar a hablar de paz.

Pasada la estupefacción de que un país invada a otro con plena soberanía avanzado el siglo XXI y superado el debate acerca de la importancia de dar a Ucrania el soporte que necesita -no estoy entre quienes lo cuestionaron- parece que ha llegado el momento de afrontar esta guerra con otras tácticas. Por la sencilla razón de que las empleadas hasta ahora no han dado resultado. Y ya digo que es posible que sea una ingenua, pero creo que un año es tiempo más que suficiente para ir replanteando la estrategia. ¿Cuántos más tendrán que pasar para que alguien decida pasar del discurso belicista al apaciguador y al negociador?

Todo lo que no pase por poner punto y final a la guerra alrededor de una mesa será un fracaso. Y ese proceso debería liderarlo la Unión Europea; entre otras razones, porque el anhelo de un futuro en paz en el continente fue el germen de su creación. Arrastramos la vergüenza de haber mirado para otro lado durante buena parte de los diez años de guerra en los Balcanes -y en otros tantos lugares-, así que no repitamos ahora. Y a ello debería contribuir la ciudadanía, clamando por un cambio de rumbo. Ya.