Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


De excentricidades y otras artimañas

07/06/2023

La propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez de proponer seis debates televisados con el líder de la oposición puede ser considerado, como ha hecho el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, una excentricidad, por cuanto nunca se ha producido un hecho semejante, y si ya cuesta que los líderes que temen ese formato se presten a un debate, multiplicarlo por seis es un brindis al sol. Pero el reto de Sánchez, tiene una virtualidad, tras haber sido rechazado por el PP: cuando las campañas electorales se basan en elementos que poco tienen que ver con las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos y se introducen otros que se dirigen más a las tripas que a la razón, incluso con ataques al hominem, se abre la espita del todo vale, y en esta ocasión. El PSOE ha introducido una variable que le va a servir para tomar la iniciativa en esta fase de la larguísima campaña electoral. 

Si, como dice Sémper, Sánchez se encuentra más cómodo en un plató de televisión que en la calle, no es menos cierto que en el caso de Feijóo se produce la situación contraria, una serie de debates se le podrían hacer muy largos cuando la economía del país marcha razonablemente bien y tiene el label europeo, o cuando los avances en materia de protección social y de los menos favorecidos son evidentes, aunque también es cierto que el PP puede sacar rédito de haber librado a Sánchez de los efectos indeseados de la ley del solo sí es sí. 

El reto del PSOE no está mal tirado por la cercanía de los dos procesos electorales, por el cansancio de los cuadros y de los militantes que han trabajado en los comicios territoriales y por el gasto de dinero, pero sobre todo porque alguna vez habrá que regular la celebración de los debates televisados al margen de los intereses de los candidatos, 

Por supuesto, la oferta de Sánchez revela una nostalgia del bipartidismo que de momento ha sido superada por la realidad, porque los gobiernos de coalición han llegado para quedarse de manera formal o informal. El argumento de Pedro Sánchez de que solo él y Feijóo pueden ser presidentes del Gobierno bebe de ese agua, pero dado que necesitarán apoyo interno o externo, los futuros socios también quieren participar con sus aportaciones, que en muchas ocasiones son las que van a decidir las políticas a realizar. La experiencia del primer gobierno de coalición lo ha demostrado con creces. 

Entretanto, el PP se dedica a marear la perdiz a utilizar artimañas dilatorias para no demostrar lo evidente, que salvo los favores que le hagan regionalistas cántabros y los nuevos de la España vaciada en Aragón tendrá que pactar con Vox, Cuando esos acuerdos se hagan realidad en los ayuntamientos de ciudades importantes y en las presidencias de los parlamentos autonómicos su juego con los ciudadanos habrá comenzado a acabarse.