Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


No se toca

23/04/2023

Cuando llegan las campañas electorales, todos sacamos lo mejor de nosotros mismos. En mi calle, sin ir más lejos, han aparecido varias máquinas de asfaltado que trabajan a destajo desde hace días para hacer lo que no han hecho durante cuatro años: reparar esos socavones que ignoraba mi alcalde y que, de repente, le han preocupado tanto que ha contratado la reparación como alma que lleva el diablo. Su mejor perfil de gestor, que no veíamos ni en sueños, ha aparecido a unas pocas semanas de que tengamos que votar o botar a los políticos locales. De repente, después de varios años ignorando el problema, al gobierno le han entrado las prisas para anunciar al toque de corneta planes maravillosos para resolver el problema del precio de la vivienda y del alquiler. Sánchez saca también lo mejor de sí mismo para anunciar cincuenta mil pisos baratos un día, y cuarenta mil más al día siguiente. ¿Se llevarán a cabo realmente esos anuncios?. Tanto da. Lo importante es que el tema ocupe durante unos días los titulares, y a ver quién es el listo que recorre el país dentro de seis meses buscando alguna de las noventa y tres mil viviendas que se han anunciado esta primavera milagrosa de la política española, en la que el frenesí electoral se disparó para todos. Es el contrato que se firma con los ciudadanos… con los despistados.
Y en esa ensalada de anuncios, se nos cuela la polémica de la sequía y la escasez de agua en el parque natural por excelencia de la península, la joya de la corona, el pulmón verde del estrecho. Como recomendados por su peor enemigo, PP y VOX han elegido este momento tan inoportuno para servirles en bandeja a sus adversarios un argumento con el que desviar la atención sobre la caótica reforma de la ley que ha beneficiado a los violadores (me permitirá el lector que sean otros los que la llamen por su ridículo sobrenombre) que ha desangrado la intención de voto de socialistas y morados. Aprobando una ley que no tiene nada de anti medioambiental para el parque, han puesto en casa al presidente, a las ministras, a las vicepresidentas, cada uno de ellos con sus intereses particulares, que se han lanzado en tromba para decirnos que la marisma no se toca. Y tanto. Lleva sin tocarse décadas. El tiempo que ha gobernado en Andalucía y en España el mismo partido que gobierna ahora y que ha ignorado lo que ahora tanto le preocupa. Llegar a Bajo de Guía para que toda tu comitiva se suba en media docena de todoterrenos y se adentren en Doñana para disfrutar de unas vacaciones tranquilas en la finca de Patrimonio Nacional aislado del mundanal ruido es la excepción a no haber hecho nada por proteger lo que ahora no hay que tocar. Pero cuando te dejan el balón botando en la línea de gol en el momento oportuno, lo más lógico que es que no desaproveches la ocasión.