Beni Pérez

Plaza Mayor

Beni Pérez


Homófonos

26/06/2023

Un homófono es un vocablo que coincide en pronunciación con otro, se escriba de la misma forma o no. Es el caso de votar y botar. 

Según el DRAE del 92, votar tiene varias acepciones: 1. Hacer voto a Dios o a los santos. 2. Echar votos o juramentos. 3. Dar uno su voto o decir su dictamen en una reunión o en una elección de personas. 4. Aprobar por votación. (En el origen, se votaba en voz alta y se juraba que se hacía en conciencia, jurando por Dios o por lo que a cada uno le resultase más sagrado; de ahí la equivalencia). 

Entre las quince acepciones de botar, encontramos como primera 1. Arrojar, tirar, echar fuera a una persona o cosa. Después aparece la de echar un barco al agua y a continuación, las deportivas con pelota o balón. 
Son los homófonos (en una o en varias palabras, tanto da) los causantes de divertidos juegos de palabras y de una figura literaria conocida como calambur: Quevedo lo usó cuando, al querer llamar «coja» a la nueva reina, haciéndole una ofrenda floral, le dijo «Entre el clavel y la rosa, Su Majestad es coja»). 

Pues eso es lo que me pasa a mí (no la diversión, sino el homófono), de cara al 23 de julio próximo. Se nos invita a votar a nuestros representantes (¿O es a botarlos?). Mi duda se debe a que ya estamos cansados de elegir al menos malo, de conformarnos y resignarnos. Se dice que los castellanos somos así, conformistas y resignados, nos quejamos en los bares y no defendemos lo nuestro. Ese es nuestro estereotipo, duros, recios y resignados. ¿Lo somos? Veamos: A-11 desde hace más de 20 años; Tren Directo desde hace más de 10; Hospital, que ya llega, pero que no. Y así con todo.

Nuestros representantes- en la Junta o en Madrid, da igual- no han conseguido en los últimos treinta años ni una sola de nuestras aspiraciones: las obras se quedan a medias o no empiezan nunca, se pierden en estudios para analizar la viabilidad de la posible ejecución de un proyecto que haga… Demasiadas palabras y pocos resultados. O ninguno.

De todos modos, me gustaría ir el 23 de julio a votar al menos malo. O a botarlos. A todos. Con b.

ARCHIVADO EN: Madrid, Tren Directo