Es la frase de cierre en muchos de mis correos a los asociados de Centro Burgos, y ahora más que nunca creo que recoge la realidad que nos toca vivir a todos los burgaleses. Ya vale de hacerse el despistado y dejar a los demás que asuman nuestras responsabilidades. 

El último golpe que han asestado a nuestro futuro como ciudad nos ha dejado heridos de muerte, han pasado de largo por encima de nosotros, ignorándonos sin ni tan siquiera disimular, dejándonos sumidos en el olvido y haciéndonos desaparecer de un plumazo del mapa económico nacional. No hay disculpa, es el momento de dar un puñetazo en la mesa.

El puñetazo seguramente pueda tomar muchas formas, puede ser a través de la plataforma cívica recién creada y que aglutina ya a gran parte de la sociedad civil de Burgos. Pero me temo, que lo principal es hacer un esfuerzo personal y dejar ese tonto postureo y falta de orgullo por lo nuestro que nos tiene poseídos.

Debemos acabar ya con esa moda estúpida de enviar a nuestros jóvenes fuera de Burgos a estudiar, cuando aquí tenemos una Universidad notable y que solo ellos pueden hacer sobresaliente, o es que queremos que nos pase lo mismo que con el aeropuerto, el AVE y con mil infraestructuras que pedimos, y cuando ya las tenemos las abandonamos a su suerte.

Y se debe acabar ya mismo, esa tontería de preferir comprar o trabajar con empresas o servicios de fuera de nuestra ciudad, cuando nuestros empresarios y profesionales se baten el lomo cada día para darnos productos y servicios competitivos. ¿Estamos locos o qué?

Pongamos en valor lo que tenemos, que es mucho, y aprovechemos el trabajo que ya han realizado durante años tantas entidades y asociaciones, defendiendo y protegiendo nuestro patrimonio social, económico y cultural. Es el momento de coger impulso y tirar hacia un futuro mejor, especialmente apoyando a nuestros jóvenes para que comprendan el significado de lo que está ocurriendo y abanderen un nuevo Burgos, moderno y con futuro, la nueva capital del norte.

Me he puesto un poco tremenda en mi exposición, pero hoy no podía ser de otra manera. No lo olviden, nuestra primera batalla será manifestarnos, luego habrá muchas más, no podemos fallarle a la ciudad.