David del Cura

Entre pitos y flautas

David del Cura


La mentira de la verdad

18/04/2023

Primero fomentaron nuevos canales y ahora se escuchan los lamentos de por dónde andará la verdad y si será o no será. Hace ya algún tiempo que el «me lo han pasado por guasap» o «lo he visto en Tik Tok» ha sustituido al «lo he leído en el diario» o al «lo he escuchado en la radio». Dejamos de dudar sobre lo propio para caer en cuentos de manipuladores, cantamañanas y vendedores de humo o de fuego, quizá más de esto último. Casi sin darnos cuenta nos vamos quedando sin referencias, sin verificadores, sin periodismo. Ahora que la llamada Inteligencia Artificial genera imágenes con apariencia de verosimilitud y las dota de movimiento y voz, ahora que ni ojo ni cerebro son capaces de discernir si lo que aparece ante nosotros es real o creación. Ahora que la vida se mira desde el ventanuco de las pantallas no sabemos si lo que vemos está vivo. Los más pequeños por embelesamiento, los del medio por refuerzo ideológico y los mayores porque se van quedando solos, la reflexión sin hacer y las alertas sin activar. 

En esas estábamos cuando la IA, a la que preguntábamos cosas y nos respondía como un trabajo de los de primero de facultad, ha hecho saltar algunas alarmas. Más de 1.000 investigadores, intelectuales, académicos y ejecutivos han firmado una carta pidiendo 6 meses de tregua, una pausa para esa carrera «fuera de control» que «está desarrollando mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de forma fiable». El texto plantea, entre otras cuestiones, si «¿deberíamos dejar a las máquinas inundar nuestros canales de información con propaganda y mentiras?»… porque también esto va de manipulación y dominio.

Esta escalada para la que los firmantes piden algo así como organización, supervisión y ética ha pillado al mundo fragmentado, con polos de poder e investigación ajenos a los consensos más básicos. No es por señalar pero en Pekín o Moscú importa poco lo que una élite de intelectuales occidentales solicite por escrito. Tampoco creo que importe mucho en Dakar o Nueva Delhi. Tengo dudas de que esto altere los planes de los que están en la carrera y más dudas todavía sobre el efecto que puede tener un casi imposible pacto mundial. Si ni la ONU está en condiciones de gestionar lo tangible, quién se va a poner con la IA. Nadie se va a quedar voluntariamente atrás.
Esta misma semana el gobierno extremeño ha aprobado un decreto ley de «medidas urgentes» para impulsar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial. Es la primera comunidad que regula esto y es el claro ejemplo de cómo haciendo cada uno su propia regulación parcial no se va a llegar a aquello que dijeron en el 2017 los que ya andaban trasteando con esto, que la «IA avanzada puede representar un cambio profundo en la historia de la vida en la tierra y debería ser planificada y gestionada con cuidado y con recursos». De las tres premisas solo queda la de los recursos porque ni planificada ni con cuidado. Por volver donde arranqué me despido con ese cante que dice La verdad a mí me engañó. Cuando la verdad me engaña ¿de quién me voy a fiar yo?… y solo encuentro para responder la receta del diario y el transistor.