Dentro de siete meses se dará por finalizada la legislatura y terminará sin que se haya dado solución a problemas que actualmente preocupan a los españoles. Acabaremos el año con una deuda superior a 1,6 billones de euros, con unos intereses que superan el gasto de los servicios públicos, sin que le preocupe al gobierno. Seguimos sin entender a esta España que intenta imponernos una nueva fiscalidad para recaudar más, cuando no fiscaliza el gasto de asesores y ministerios.

No entiendo a esta España que intenta que la gente vuelva a la España vaciada cuando la subida del salario medio a quien más afecta es a la agricultura, que es donde yace la mayor parte de la biodiversidad, reservas de agua y tradiciones No entiendo a esta España que restringe las inversiones y la oferta de viviendas y se olvida de que existe una medicina clásica, la hostiopatia, que lo mismo sirve para curar la tontería que para desalojar a un okupa. No entiendo cómo España permanece impasible cuando cada mañana cierran 215 comercios y nadie propone incentivos, medidas fiscales y ayudas para dar continuidad a estos comercios que son generadores de empleo, riqueza y vida en las ciudades. No entiendo a esta España que ha permitido en él 2022 la bajada de persianas de 26.207 negocios y que a los autónomos nos sigan subiendo las bases de cotización. No entiendo a esta España donde el 42% de los parados no desean trabajar y el 62% de las empresas de hostelería y el 49% de construcción tienen problemas de manos de obra. No entiendo que la situación energética no haya dado lugar a plantear la creación de centrales nucleares. No entiendo que tanta sequía no haya posibilitado un nuevo plan hidrológico y pantanos. No entiendo que se usurpe el dialogo con tanto decreto-ley, solo permitido para casos de urgencia, y que suman en esta legislatura 130, más que en 14 años de gobierno de Felipe González. No entiendo que se haya infringido 1.200 veces la Ley de Transparencia mediante una norma franquista de secretos oficiales. No entiendo que sigamos sin propuesta de financiación autonómica. No entiendo cómo se puede pasar de curso escolar sin límite de suspensos. No entiendo que se quiera retener a Ferrovial en una Europa de libre mercado de capitales y personas. Nosotros, sin tren directo y sin ser parte del Corredor Atlántico, no somos nadie, solo un suspiro.