Leo, con agrado, en las páginas de este rotativo que uno de los edificios de la plaza del Rey San Fernando de nuestra ciudad, propiedad del Ayuntamiento, ya no va a ser enajenado y que se está a la espera, por parte de las autoridades municipales, de dotarle del correspondiente uso. Creo que una institución como la municipal burgalesa, que se halla falta de inmuebles en el centro de la urbe, no debe desprenderse, si las urgencias económicas no se lo imponen, de una joya de estas características. Nos hallamos ante una edificación singular, cercana a la catedral, que forma parte de un conjunto de manzana que contribuye a dotar a este espacio de un fuerte sabor decimonónico, integrándose de manera perfecta en el entorno de nuestra basílica mayor. Son muchas las posibilidades que presente y aquí apuntaremos algunas.

Lamentablemente, el magnífico centro de interpretación de la ciudad en el Centro de Recepción de Turistas de Burgos, que con tanto esfuerzo se generó por el Ayuntamiento, fue sustituido por el puntual centro de las vidrieras. A raíz de su desaparición, los visitantes se encuentran sin la posibilidad de comprender la ciudad antes de su visita y resulta imperativo que se lleve a cabo una infraestructura cultural de estas características, existente en la mayoría de las ciudades patrimoniales, siendo este edificio un buen lugar para ello.

También la catedral necesita modernizar su centro de interpretación, que debería, por razones obvias, ubicarse antes del comienzo de las visitas. Esta casa también sería un magnífico lugar para el desarrollo de esta función. Por otro lado, uno de los tesoros que custodia nuestra basílica mayor es su riquísima colección de textiles, sobre todo su magnífica serie de tapices. 

Creo que resulta necesario que, a medio plazo, se plantee dar una solución a esta necesidad expositiva y quizá no estaría mal pensado que se valorara la posibilidad de que fuera este inmueble su sede, si se pudiera llegar a un acuerdo entre instituciones y si el proyecto de adecuación permitiera este uso respetando los criterios de protección patrimonial a los que se halla sometido.