Carlos de la Villa

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Carlos de la Villa


Mis canciones

28/09/2023

El beso en España. Manolo Escobar.

Anda cierto personal muy revuelto últimamente con el tema del beso. Bueno, más que revuelto, yo diría que desconcertado, desubicado. La rebelión de la selección española femenina de fútbol, iniciada hace meses, se vio potenciada por el gesto condenable de un dirigente besando de manera totalmente inadecuada a una jugadora de la selección campeona del mundo, terminado en una cadena de reformas en la federación y generando un amplio debate en España, y parece ser que en todo el mundo.

Y es que no hay reunión en la que a la hora de saludar a una mujer no salte el despistado de turno, con ínfulas de gracioso, que diga: ¿Y cómo hay que saludarle, señora, le tengo que pedir permiso?

Pero si es muy sencillo. No hay más que fijarse en el lenguaje corporal. Y si no nos fiamos de nosotros mismos al interpretar los gestos de otras personas, pues tiramos por lo práctico y saludamos de la misma manera que saludaríamos a la presidenta de la comunidad de vecinos, a la agente de la Guardia Civil que nos para en un control de alcoholemia o a la veterinaria que cura la pata de nuestra mascota. Un apretón de manos, con su justa fuerza y sin excederse en el tiempo. ¿A que es fácil?

Y si no nos entra esto en la cabeza, tiremos de pasodoble y escuchemos a Manolo Escobar. Sí, él mismo que decía que no te pusieras la minifalda para ir a los toros: "La española cuando besa es que besa de verdad, y a ninguna le interesa besar por frivolidad."

Y si aún así sigue sin entenderse, sugiero que nos pasemos al arte y contemplemos con detenimiento uno de los cuadros más conocidos, El beso, de Klimt. Si somos incapaces de ver y comprender lo que significa un beso consentido, y si no sabemos distinguir un saludo social de un acto de amor, es que no hemos entendido nada. Significa que nos queda mucho camino por recorrer para llegar a una sociedad equilibrada.

Por eso, lo más recomendable es dejarse de besos no solicitados y utilizar el socorrido y universal apretón de manos, ya sea ante una vecina morena o una sueca rubiales que nos acaban de presentar.