Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


Ya os echo de menos

21/05/2023

Hay semanas en las que esta columna que ustedes tienen la gran amabilidad de leer me sirve de diván. Hoy se lo agradezco especialmente porque ando yo mohína por algunos avatares deportivos que no acabo de digerir. ¡Qué miércoles negro! De postre la eliminación del Madrid, pero, no se puede ganar siempre. Al menos el Sevilla dejó después la honrilla patria a salvo con un arrebato directo a la final. Pero antes, lo de Calero. Y el punto y aparte de Nadal.

Empezaré por lo de Rafa. Escucharle ponerse fecha de caducidad, 2024, fue una daga en el corazón. Y menos mal que el explosivo murciano ha irrumpido como una bendición caída del cielo. ¡Qué a tiempo llegaste Carlitos! Menos mal. Pero, Nadal es Nadal y si hasta la arcilla parisina llorará la ausencia de su rey, cómo no hacerlo nosotros.

Llega el reposo del guerrero, momentáneo aún. Tras mucho sufrimiento, sólo él sabe cuánto, Rafa le da al reset. Para, antes de esos últimos bailes que paladearemos como sólo se saborea lo que se va a perder. Ahora sí, somos conscientes de que el día sin Nadal está en el próximo giro del calendario. ¡Ay!

Pero hasta en un momento tan jo… robado, Nadal nos da una master class de vida. En una era en la que la cultura del esfuerzo está casi en peligro de extinción, Rafa dixit: «Siempre vale la pena hacer un esfuerzo más». Imaginen si al mínimo obstáculo él hubiera parado, y los ha tenido, Rafa colecciona lesiones. No lo hizo. Una de sus claves, «entrenar la salud mental, si no, lo que entrenamos es la frustración». Mientras, vemos cada día demasiados jóvenes, no rebeldes, como deberían, sino frustrados. Con problemas de salud mental. Buena receta, unas dosis de Nadal.

Las dosis que perderemos en Burgos son las de Calero, y su marcha me entristece. Y me duelen las críticas a un entrenador que ha tenido al Burgos deportivamente muy por encima de su realidad económica. Me duele el 'morro fino' de algunos anhelando un fútbol más bonito, como si no hubiera sido bonito ser un pequeño David soñando entre Goliats. Como si no hubiera sido bonito el bocata de mortadela, pero ibérica, El Plantío ilusionado, lleno, el Burgos en boca de todos, de tú a tú con gigantes que le multiplican las arcas… Sí, ha sido muy bonito. Y yo también creo que ese paso más podríamos haberlo dado contigo. Y no quiero que el tiempo te ponga en el sitio que te mereces, deseo que ese lugar de honor en Burgos, lo sientas ya, antes de irte. Gracias, míster.

Nadal y Calero. No os habéis ido, y ya os echo de menos.