Beni Pérez

Plaza Mayor

Beni Pérez


¡Qué mal!

18/10/2023

No quería yo ser pesimista, pero es que hay cosas que a veces nos obligan.

¡Qué mal está quedando la glorieta Rosales, que parece una plaza hortera de plástico negro y azul (negro de la brea con que están untando el suelo; azul del plexiglás de la pista deportiva que han instalado). Decir que es una chapuza y que nos ha costado más de lo previsto es una obviedad. Pero es un horror estético que vamos a tener que sufrir varios años, porque no es cuestión de hacer reformas cada dos por tres. Pasaremos por allí rapidito y sin mirar demasiado.

¡Qué mal las pasamos los peatones para cruzar las calles en la zona de La Cadena desde que han instalado la rotonda! Entiendo que hay que regular la zona, dado que el puente de Bigar está cortado, pero ¡20 segundos!, eso es lo que nos dan para cruzar dos calles; si no lo haces en este tiempo, tienes que esperar el minuto y pico de que disponen los coches entre un semáforo y otro. Y eso, corriendo y sin cargas. El carro de la compra, el cochecito del bebé, el andador del abuelo o la silla de ruedas no nos permiten cruzar ni una sola calle en ese tiempo; además, como los peatones esperan bastante, se acumula el personal y hay que ir sorteando a los que vienen de frente. Los conductores no pasan calor, no están al sol, no se mojan… los peatones esperan más que los conductores. ¿No se podría hacer de otra forma?

¡Qué mal tenemos las actividades culturales en Aranda! No solo que no contemos con un auditorio propio, sino que el de la Casa de la Cultura se vea obligado a cerrar a las nueve, con lo que se tienen que programar a las siete y media: o no se puede ir por estar trabajando o, como en el concierto de la Filarmónica el día 28, hay que cortar sin bises. Parece ser que es por el horario de los conserjes. Y ya sabemos lo de la conciliación familiar... pero ¿no se puede hacer algo al respecto?

¡Qué mal hemos empezado el curso cultural sabiendo que vamos a añorar a Julio López en el Cineclub y en los teatros! Nos queda su legado. ¡Y qué mal que se nos haya ido –de repente- también Mariví Velasco, con quien tanto queríamos!