Javier Fernández Mardomingo

Cortita y al pie

Javier Fernández Mardomingo


Alfonso Riudavets

21/04/2023

Era francamente divertido verle hablar con el comunista que regentaba la caseta de al lado porque Alfonso era muy franquista. Aunque cuando se dio cuenta de que las cosas no discurrían por el cauce que él hubiera querido, se fue atemperando. 

Es parte de lo que cuenta Andrés Trapiello del hombre que más libros ha vendido de la historia. Según las cuentas del escritor, dos millones y medio. Casi nada. 

Toda una vida en el 15 de la madrileña Cuesta de Moyano. Un rincón con montañas de libros apilados, como si fueran al peso. Igual que una tienda de legumbres, pero con la diferencia de que uno allí no encontraba un garbanzo negro en un saco, pero sí podía toparse con documentos confidenciales de la postguerra que ponen luz a un capítulo más que relevante de la historia de España. 

Con eso precisamente dio Trapiello para escribir su 1945. La noche de los Cuatro Caminos. Una obra magistral basada en esas páginas archivadas y escondidas por el régimen que hablan de comunistas que asesinan comunistas. De pistoleros de medio pelo y una dictadura que aprovechó una chapuza de los de enfrente para llenar las calles de partidarios e intentar convencer al extranjero de que aquí se ponía orden tal que así por tipos como aquellos. ¿Cómo acabó ese informe en manos de Afonso? A saber. Nadie de la Cuesta cuenta de dónde saca el material. Ahí está la gracia. Seguramente ni él sabía lo que tenía escondido en su caseta, pero había fotografías, fichas policiales, datos, nombres… Secretos de estado, en definitiva. El sueño de cualquier escritor y guion de cualquier director de cine, todo al alcance de la mano. 

Visera, Bigote, guardapolvos azul y una tremenda facilidad para mandar a tomar por el culo a cualquiera que no le gustara, tuvo en sus manos primeras ediciones de la generación del 98 y del 27. Alfonso Riudavets vendió a 100 pesetas lo que hoy vale cuatro cifras y se nos ha muerto con ochenta y nueve años, más de setenta vendiendo palabras frente al Jardín Botánico. 

El más barojiano de por allí, dice su amigo Andrés. Un elemento de los que Madrid te regala y la Cuesta de Moyano moldea. Un personaje de película. En manos de los americanos, sería de Óscar. Su vida, claro, pero también la obra que brindó a Trapiello para escribir su 1945, otro guion de cine de premio.