Miguel Calvo

El retrovisor

Miguel Calvo


Tren paciencia

06/04/2023

Frente al pecado de la ira, la paciencia, la capacidad para soportar con resignación los contratiempos, figura entre las virtudes más ensalzadas en la doctrina cristiana. Con los retrasos y cierres, en clave ferroviaria, los burgaleses llevamos dando buena muestra de altas dosis de paciencia en los casi 163 años que han pasado desde que llegara a Burgos la primera locomotora. Nuestros mayores 'solo' tuvieron que esperar 40 años para ver convertida en realidad la línea directa entre Madrid y Burgos, pasando por Aranda de Duero y por Lerma, comenzada en 1928 en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera e inaugurada en 1968. En 2023, con paciencia seguimos esperando conocer nuevos estudios de viabilidad que hagan posible la reapertura del tren directo -aunque solo sea para mercancías-, trece años después de que dejara de prestar servicio y a la espera de que sea rescatada la máquina bateadora que en 2011 quedó atrapada en un túnel de Somosierra. 

Con resignación asumimos en 1985 la decisión del Gobierno de cerrar por deficitaria la línea del inacabado ferrocarril Santander-Mediterráneo, entre Cidad Dosante y Caminreal (de los años veinte del siglo pasado) y dejar huérfano para siempre el túnel de La Engaña, terminado y sin uso desde 1959. O la parte que nos tocó en 1995 con el cierre del Valladolid-Ariza. Casi tres décadas transcurrieron desde las primeras negociaciones para conseguir que las vías de la línea Madrid-Hendaya terminaran con los atropellos y dejaran de partir en dos la capital burgalesa con un muro de la vergüenza. Ayuntamiento y Renfe barajaron soluciones como construir pasos a distinto nivel o el soterramiento de las vías (que llegó a ser anunciado para 1994) hasta que en 1998 se optó por desviar el trazado de la línea y llevar hasta el quinto pino la nueva estación de viajeros, a la que además tardaron 13 años en ponerla apellido. Unas obras que terminaron, también con años de retraso, a finales de 2008. Por no hablar de la alta velocidad hasta Venta de Baños, que no llegó a Burgos hasta julio pasado, con cerca de 10 años de retraso sobre las previsiones iniciales. Ahora hemos vuelto a poner el contador en marcha para comprobar si es cierto que en 2028 ya podremos viajar en AVE hasta Miranda de Ebro (pendiente de recobrar su papel de nudo ferroviario) y a Vitoria. Solo es cuestión de esperar desde el andén. Tren paciencia.