Blanca García Álvarez

De aquí y de allí

Blanca García Álvarez


Tradición entre modernitos

06/04/2023

La Semana Santa es el momento del año en el que apartamos las novedades, el último lanzamiento del mercado o el desarrollo tecnológico que nos hace tener que actualizarnos cada segundo para abrazar nuestras tradiciones más antiguas. Nos dejamos de modernidades y volvemos a lo de siempre. A lo que, de verdad, importa.

Y ya no es una cuestión de fe, de ser cofrade o de ser totalmente ajeno a la religión, sino de la forma de crear comunidad y familia entorno a las costumbres que nos unen.

En el pueblo, acompañaba a mi abuela y al resto de mujeres a vestir a la Virgen. Tengo el recuerdo intacto de aprender lo que era la delicadeza el día que las vi colocando la mantilla por primera vez. En una talla que no superaba los 50 centímetros de altura el bordado negro casi flotaba hasta aterrizar en la cabeza de una virgen sin 'apellido'.

Las cinco personas que estábamos allí y las otras cuatro que la procesionaban al día siguiente no hablábamos de 'La Esperanza', ni 'Del Rocío', ni 'Las Lágrimas'. Era, simplemente, 'La Virgen'. Allí no había ni nazarenos, ni camareras, ni Cruz de Guía. Sólo nosotras. Y yo siempre quise heredar ese tacto para colocar las mantillas negra y blanca. No por devoción, sino porque lo estaba haciendo mi abuela.

Ahora, décadas más tarde y en la ciudad, soy una de tantas que salen con el capirote puesto. Una nazarena que asusta sin querer a niños y a extranjeros y que tiene a sus padres mirando los zapatos de los capuchinos para intentar descubrirme. Espero todo el año para esas horas de silencio, de cansancio y de pasar desapercibida entre las gentes de mi ciudad. No les puedo explicar lo que disfruto la sensación de absoluto anonimato y de volver a la calma en las mismas calles por las que siempre voy ahogada.

Miro a las mantillas con cariño, preguntándome si tendrán el mismo recuerdo que yo. Si ellas ocupan ahora el sitio que fue de sus abuelas y si el niño con el tambor de juguete dictará en el futuro el paso a todos los demás.

Este día lo tengo siempre marcado en mi calendario. Hoy, Jueves Santo, dejo mis 'moderneces' para abrazar la tradición.