Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Aunque sea mentira...

28/08/2023

Escribo estas líneas sentado en una terraza. La ola de calor amaina, y apetece el aire fresco. Me había prometido no ocuparme de Rubiales. Pero una exclamación en voz alta de una mujer con la que comparto establecimiento me hace rectificar. ¡Ojalá le violen diecisiete veces a sus hijas...! La imprecación no tiene mayor importancia. Lo sé. Es una forma de hablar dentro de un ámbito privado. Y estoy totalmente seguro de que el supuesto deseo no lo es tal. Pero también es un botón que muestra a una sociedad, en mi opinión, demasiado crispada.

Siete días después de la proeza de nuestra selección, me ha sorprendido la escasa transcendencia mediática de la noticia. El éxito deportivo de nuestras campeonas, con el magnífico esfuerzo individual y colectivo que conlleva, sólo ha primado sobre todo lo demás durante el primer día. Los seis restantes, nuestros medios de comunicación, nuestros políticos, árbitros, o deportistas profesionales, se han dedicado casi exclusivamente a tratar de encontrar qué calificativos poner a lo que sucedió durante la celebración, y lo que todos, ustedes, yo, vimos sin filtros ni mediar expectativas.

El principio de acuerdo no ha sido un problema. Fue, y sigue siendo, algo inaceptable. La dificultad ha venido después. Al tratar de consensuar qué palabras poner. El asunto no parece baladí. Resulta traumático que la moral de todo un país esté de acuerdo en reprochar un hecho acontecido, y, a la vez, sea incapaz de coincidir en el lenguaje que lo explica. Se habla de un pico. De la ejemplaridad obligada de los comportamientos de los personajes públicos. Pero también de vejación, agresión, y depredación. Por eso resulta especialmente necesario que se pronuncie la justicia. Que nuestro sistema sea capaz de poner palabras y respeto a los derechos de todos. Que los peritos forenses evalúen el alcance de lo sucedido. Que se cuantifique el perjuicio que pudiera haberse ocasionado. Que se dicte una sentencia que lo compense. Y que no se anteponga la venganza a la rehabilitación.

Nuestro estado de derecho debe intervenir con urgencia. Alguien tiene que encontrar otras palabras, más allá de desear diecisiete violaciones. Aunque sea mentira...