La gestación subrogada y los debates en torno a ella reaparecen cada vez que una noticia, en general sensacionalista, la visibiliza, pero es una dura y real limitación para aquellas mujeres a las que la embriología, la genética o la patología les ha privado del codiciado útero, órgano necesario para el desarrollo del embrión. Muchas de estas mujeres desean ser madres, y existen alternativas médicas para resolver su deseo reproductivo, pero no existe un marco jurídico en España con el que logren alcanzar su objetivo.

Existen otras situaciones sociales de acceso a la gestación subrogada, pero hoy quiero centrarme en la mencionada.

Actualmente, la diversidad social es más amplia y aceptada que nunca, con importantes cambios legislativos que garantizan la igualdad de oportunidades y el respeto de sus integrantes, pero en el caso de la gestación subrogada sólo se expone una posición, y la realidad de este marco es como un prisma con sus múltiples caras. Se la etiqueta como una condición de compra-venta, de utilización de las mujeres como vasijas, o de aprovechamiento de situaciones de vulnerabilidad, circunstancia indiscutible en ciertos ámbitos y países. Pero también se puede contemplar la gestación subrogada ejercida de manera altruista, con criterios claramente definidos y también desarrollada en otros países, y lo que manifiestan las mujeres que participan con esta premisa no coinciden con este sentimiento.

Se han producido importantes cambios legislativos en relación a las mujeres y su derecho a decidir sobre sí mismas en los últimos años, y si se han elaborado leyes que nos han permitido avanzar, sería positivo continuar avanzando en todos los temas pendientes.

Según la Organización Nacional de Trasplantes, la donación es un gesto altruista, considerado como el mayor acto de bondad entre los seres humanos siendo España líder mundial en donación de órganos, y en el que existen programas perfectamente regulados en cuanto a la adopción y al acogimiento familiar, por lo que la propuesta de la gestación subrogada altruista podría ser un planteamiento válido.

La gestación subrogada es una realidad en España, aunque no se realice desde el punto de vista técnico, y algunas mujeres o parejas recurren a ella. La mayor parte de éstas no son famosas, ni salen en la televisión, e incluso no serán madres biológicas con su propio material genético porque carecen de recursos económicos para poderla llevar a cabo en otros países. Nuestra Ley de Reproducción Asistida sólo la menciona para manifestar su ilegalidad, y que la filiación de los hijos se determina en el momento del parto, es decir la madre es la del parto. Pero tras un contrato en el extranjero de gestación subrogada, la posterior situación familiar del recién nacido es regulada en nuestro país por el interés superior del menor, y esto es una realidad contrapuesta que debe conducir a la reflexión…

En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira, Ramón de Campoamor, poeta.