Fue tal vez el primer Erasmus de la universidad española. Hace cinco siglos, el segoviano Andrés Laguna decidió emigrar a París y a Bolonia después de que las universidades de Salamanca y Alcalá se le quedaran pequeñas. Era un auténtico humanista abierto a las corrientes de modernidad de su tiempo. Cuando regresó a la entonces España imperial, llegó a ser el médico personal de Carlos V.
Alguien tan pionero da nombre hoy al ridículo más 'académico' de la ciencia regional. Hace unos días, el Programa Andrés Laguna de la Junta publicitaba una rutilante oferta para investigadores 'urbi et orbe'. ¿Tiene usted un Premio Nobel? Pues, nada, véngase a Castilla y León que le ofrecemos un contrato precario de seis meses. Después, ya veremos si su 'fichaje' sigue interesando y lo renovamos. La broma ha agudizado el ingenio de memes, risas y preguntas de toda la comunidad científica.
Desde hace años, la educación superior se enfrenta a grandes desafíos. El envejecimiento de las plantillas y el abuso de las figuras de los profesores asociados (profesionales externos) han vaciado las aulas y los laboratorios de talento. Y 'retener el talento' es el mantra que repiten todos los candidatos a rector de nuestras cuatro universidades públicas. Pero después miran los índices de excelencia y ni una sola facultad aparece entre las 500 primeras del mundo. En su última comparecencia en las Cortes, la consejera de Educación, Rocío Lucas, lanzó su compromiso por «generar, retener, captar y retornar el mejor talento». Algo que no cuadra bien con la última iniciativa de las Asociaciones de Jóvenes Investigadores de Castilla y León que han tenido que reclamar ante el Procurador del Común el «impago» de complementos salariales.
La suya es una carrera de obstáculos que muchas veces les lleva a marcharse fuera para buscar mejores oportunidades y salarios. Y, si deciden volver, debe ser a costa de aceptar sueldos bajos, burocracia asfixiante y precariedad tratando de encadenar empleos. Este colectivo elaboró el pasado año el informe ¿Cuánto cobra un postdoc en España? Y los mejores 'cerebros' no logran un contrato decente y con proyección temporal antes de los 43 años, con sueldos que cambian según el laboratorio. Pero que se parecen en algo: «son los contratos peor retribuidos de toda España». Por eso se entiende bien la respuesta del vicedirector del CSIC en Castilla y León: «quieren construir la casa por el tejado».