Cristina Martín

Aguas Abajo

Cristina Martín


Renacer

23/12/2022

A pesar de que los escaparates hace ya tres meses que anuncian la Navidad, lo cierto es que la Navidad inicia la noche del 24 anunciando el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios. Esto, seas o no cristiano, forma parte de nuestra cultura, tradición y nos lleva a practicar ciertos rituales que, como sociedad, nos mantiene sintiendo que formamos parte de algo, nos ofrece una identidad y un sentido.

Lo que estas fiestas querían celebrar en origen ha sido sustituido por la fiesta del consumismo a gran escala, el llenar nuestras barrigas como si no hubiera un mañana y hacer el gran esfuerzo de juntarnos con compañías poco apetecibles.

Esto nos demuestra, una vez más, que las cosas tienen el significado que nosotros queramos dar y el simbolismo de la Navidad, nada tiene que ver con su mensaje y el espíritu que, en mi opinión, tiene.

Celebrar el nacimiento de Dios viene a estar asociado con el renacer, con esa oportunidad que todos tenemos de volver a empezar de nuevo y 'salvarnos' de la oscuridad que llevamos. Dejar cosas atrás que no suman y renovar nuestra alma para poder ser mejores personas en beneficio propio y del prójimo.

Es cierto que no es necesario hacer este trance en Navidad y que podemos lanzarnos al cambio en cualquier momento, más cuando se trata de evolucionar, superarse y ser mejor.

Perdonarnos, perdonar y, en el fondo, vivir abiertos al amor es a lo que invitan estas fechas ya que, aunque esto ya no esté de moda, sigue siendo esencial para que las personas sintamos paz en nosotros y podamos vivir la felicidad.

Deseo para todos una Navidad más consciente y abundante de amor, agradecimiento y paz en la que podamos encontrarnos y ofrecernos la oportunidad de ser mejores para asegurarnos un 2023 bien próspero. 

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