Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


Involución

17/05/2024

La Fräulein María de Sonrisas y lágrimas, Sor Citröen, Sor Yeyé y la Sor Víbora de Entre tinieblas habían sido las monjas más carismáticas de mi panorama audiovisual hasta que llegó Angustias, la secretaria del Ministerio del Tiempo, que en un capítulo se da un garbeo de 200 y pico años y se planta en un convento de Tordesillas para salvar del mismísimo Napoleón a un antepasado de Adolfo Suárez y así dejar de nuevo vía libre para que, llegado el momento, el de Cebreros pueda ser el primer presidente del Gobierno votado por los españoles. Si han visto el episodio, recordarán los alaridos de esta ídola intentando cantar el Adeste Fideles y al resto de monjas haciendo ojitos al sacerdote encarnado por Hugo Silva. La apuesta de Javier Olivares con esos viajes intertemporales era arriesgada y salió bien, pero las monjas de Belorado y la enorme repercusión mediática de su ruptura con el papa le acaban de adelantar por la derecha y en varios géneros: el de fantasía y el de humor. 

Las reposteras monacales más conocidas de la provincia se declaran ahora seguidoras de un obispo de pega que no tiene problemas en que le fotografíen con su mayordomo y su doncella rodeado de lujo y oropel, se autodenomina duque imperial y, según los que siguen sus andanzas, se refiere al dictador Franco en términos de admiración y llegó a prohibir a sus adeptos que se vacunaran contra el coronavirus.

Visto así, las monjas han hecho la involución en lugar de la revolución. Pero su decisión de irse con las trufas a otra parte solo es la parte esperpéntica del asunto; a nadie se le escapa que detrás de esta decisión hay también pleitos inmobiliarios y, ay amiga, esa es la parte del guion que ya no tiene tanta gracia. Si a la historia le quitas el obispo excomulgado, el repudio a los seis últimos papas y los delantales de Burgos Alimenta la cosa va, entonces, de dineros y poder. Como un Falcon Crest cualquiera, pero sin vino. Por lo menos, Angustias viajó al pasado porque quería salvar la democracia.