Lorena Bodas

Aguas Abajo

Lorena Bodas


Coherencia

08/12/2022

Cuando llega esta fecha recuerdo una de las visitas guiadas que hacía en el Museo Casa de las Bolas. Al ser mayores muchos de los visitantes, me paraba delante de un lienzo de la Inmaculada rodeada de las letanías y citaba unas líneas del Apocalipsis: «Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza». Y después veíamos los símbolos: La puerta del cielo, la rosa mística, la estrella de la mañana… Nunca lo hice con fines religiosos, pero no deja de ser la base de nuestra cultura y me servía para acercarles al arte con algo que podían reconocer. Y lo reconocían y salían satisfechos consigo mismos.

Nuestra máxima en la Casa de las Bolas y en el Museo Sacro era que, ya que las colecciones eran estáticas, nosotras debíamos movernos y adaptarnos. Siempre con coherencia, jugábamos reinterpretando las obras y surgían diversas visitas guiadas que permitían revisitar los museos. 

Diez años dieron para mucho e incluso conseguimos que varios colegios de Aranda nos incluyeran en sus planes anuales. Una década dedicada a un servicio público, sin ser funcionarios, pues una entiende que los museos son de todos y deben entenderse como necesarios, al igual que la biblioteca, por ejemplo. Pero a nadie se le ocurriría cerrar la biblioteca durante 3 años. Ya ha salido la licitación de estos dos museos y la administración insiste en repartir un pastel que para nada es dulce. Sigue sin entender que los museos de Aranda son un todo y que la cultura, la nuestra, debe seguir un discurso coherente cuando se trata de usarla como recurso turístico. Lo mismo ocurre con el centro de arte joven, al que creo que hay que dotar de contenido. Y eso sólo se puede conseguir con una dirección y un equipo profesional competente. Y con dinero. Porque abrir un museo o espacio cultural no consiste en abrir la puerta, es mucho más. Suerte a quien se decida a pujar por ello.