Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


Colapso

10/11/2023

Nunca más cierto que ahora mismo el título habitual de mi columna. Se me hace muy raro observar lo que está ocurriendo en la actualidad, tal vez sea porque recuerdo como si fuera hoy, hace unos cuantos años, levantarme cada día y encontrarme con la noticia de que los terroristas habían matado a otra víctima más. Ese tipo de suceso, durante mucho tiempo, fue el parte diario que recibíamos todos los españolitos, que ya teníamos el miedo metido en el cuerpo.

Las comparaciones son odiosas, pero a mí esta situación de hace años se me parece bastante a las noticias actuales sobre muertes por violencia de género, y recuerdo también que llegó un momento donde, entre secuestros y bombas, nos quedamos como anestesiados y perdimos el sentido de tanto odio transformado en muerte injusta. Pero más extraño aún es lo que está pasando tras largos años de democracia y de una vida política donde el respeto, la valía personal y la profesional marcaban el desempeño de los cargos. Ahora son aquellos mismos terroristas los que se han subido al carro de la política, deseosos de convertirse en todo aquello que tanto decían odiar, y además son quienes tienen todos los puntos para gestionar, legislar y juzgar a una nación por la que han demostrado un total desprecio y desapego durante años.

Esto me ha llevado a pensar que tal vez los maltratadores que perseguimos acaben en un futuro siendo quienes decidan sobre las vidas de las mujeres maltratadas, al fin y al cabo es lo que parece que va a suceder ahora. Los terroristas y los independentistas han conseguido saltarse las leyes y quedar impunes, avalados casi por todos. Y en unos días, si un milagro no lo remedia, serán quienes nos gobiernen durante cuatro años. Es una situación tan increíble que he llegado a comprender, y hasta desear, algo tan ilógico en esta época como es la figura del golpe de estado o la idea más romántica de una revolución, y me he atrevido mentalmente a comparar las últimas manifestaciones de estos días con el 15M. Ya no tengo dudas, lo que nos está pasando es un síntoma de la grave enfermedad social, moral y económica que padecemos, y tal vez, del colapso que muy posiblemente suframos en breve.