Fernán Labajo

Plaza Mayor

Fernán Labajo


Un día de resaca

30/05/2023

La mitología juerguista dicta que la mejor forma de superar una resaca es mantener la borrachera. La teoría cae por su propio peso al segundo día, pero aún hay quien se empeña en echar un trago más. Si después de un batacazo como el del domingo la autocrítica de la izquierda es que su proyecto es el mejor pero que no han sabido transmitirlo, lo más práctico que pueden hacer es preparar las maletas. El mensaje al electorado resulta ofensivo si se lee entre líneas: «Te lo voy a explicar de otra forma, que parece que no me has entendido». 

Que sí, que la culpa siempre es del 'cha-cha-chá'. No se puede competir con la maquinaria mediática de Ana Rosa y Pablo Motos, empeñados en resucitar a una ETAmuerta y enterrada. Su campaña idiotizó a una sociedad que no vio que delante de sus narices tienen al mismísimo Franco, reencarnado en empresarios que cancelan programas de referencia intelectual como Sálvame. Después de citar a Jorge Javier Vázquez o a Belén Esteban, con qué autoridad moral te presentas frente a un atril para analizar las cifras de tu derrota. Inexplicable en una cabeza tan llena de grandes ideas. 

Pero más allá de sesudas reflexiones, dignas de aprendices de Sócrates, me llamó la atención una afirmación que leí en periódicos que presumen de ser grandes defensores del Estado de Derecho. «Pierde la democracia». Traducido al idioma profano: si no votas lo mismo que yo, el sistema no funciona. O lo que es peor, está en peligro. Tal vez, opino humildemente, alguno debería darle una vuelta al concepto que tiene de la democracia. 

Tiempo tienen, pero no mucho. Porque se avecina un verano electoral apasionante. Vimos un mundial de fútbol en invierno y viviremos debates en las pantallas gigantes de los chiringuitos atestados de alemanes. España es un país extraordinario.