Cuando la crítica sobrepasa determinados límites y se cae en la exageración se entra de lleno en el ridículo, y creo que la opinión pública, los ciudadanos en general, no estamos para demasiadas bromas. Y no lo estamos cuando la vivienda continúa por las nubes, nuestros ríos se secan y cientos de miles de familias no llegan a fin de mes, y esto por poner solo algunos ejemplos de los problemas reales que, en mayor o menor medida, afectan a millones de españoles.
Resulta exagerado y, por tanto, ridículo dirigirse al ministro Bolaños como "okupa" o dar por sentado que lo que pretendía con su presencia en la fiesta del 2 de mayo era avasallar. Sobran las bromas de si se va a colar en alguna comunión u ocurrencias semejantes dichas por algunos miembros del PP. Unos y otros se han debido dar cuenta del ridículo cuando tratan de dar por zanjado el asunto. El PP, salvo algunas excepciones, no quiere hablar del asunto y desde el PSOE se da la callada por respuesta. Sospecho que al ministro Bolaños algunos silencios le han debido doler.
Sin salir del mundo de la exageración y, por tanto, del ridículo está la rasgadura de vestiduras que en el Gobierno ha causado el encuentro de Feijóo con 50 fiscales a iniciativa de estos. Se ha querido trasladar la idea de que se trataba poco menos que de una conspiración. Alguien se imagina una conspiración de 50 personas en una reunión celebrada en un hotel abierto al público?.
El colmo del ridículo es que desde la mesa del consejo de ministros se emplace al líder de la Oposición a que diga en público que quiere derogar si llega al poder. Otra cosa no, pero si en algo ha sido claro el presidente del PP es todo aquello que quiere modificar: ley trans, ley de educación, la modificación de la malversación, etc... Para que nada falte, otra vez se acusa al PP de partido antisistema. No acierto a ver en donde radica tanto escándalo, tanta gravedad, tanto mal uso de la justicia cuando los fiscales son un cuerpo jerarquizado y su jefe lo designa el Gobierno que sin rubor alguno nombro a una ministra Fiscal General del Estado. No puede sorprender que la Junta Electoral Central haya sancionado a la portavoz del Gobierno.
A una semana del inicio oficial de la campaña, todo apunta a que, salvo que nuestros políticos reflexionen, nos vamos a enfrentar a unas semanas en las que las exageraciones, las críticas frívolas, el maltrato mutuo, el ridículo más patético es lo que puede primar de aquí al 28 de mayo.
Dudo mucho que tanta ocurrencia de un voto que ya no se tenga.