Jesús de la Gándara

La columnita

Jesús de la Gándara


Contra la guerra, cultura

04/12/2023

Lo contrario de la guerra no es la paz, es la cultura. Copiando un viejo chascarrillo médico podríamos decir que la Paz, con mayúscula, es un estado transitorio que nunca conduce a nada bueno, pues siempre acaba en conflicto o guerra, y la paz, con la minúscula nuestra de cada día, es como la salud, vulnerable y quebradiza. 

Sin embargo, la cultura es una fuerza estable. La cultura cultiva, siembra y fertiliza la vida. La cultura crece por yuxtaposición, por colaboración, por transferencia, y cuanto más se comparte más se tiene. La Paz es una enorme virtud, un gran logro de la evolución humana, ya sea cualidad individual o adquisición colectiva. La Paz se puede enseñar y aprender, dar y recibir, pero aún así no deja de ser menesterosa, pues se alimenta de voluntades humanas y éstas siempre son volubles y fatigosas.

Hay personas y sociedades pacíficas y las hay conflictivas y guerreras. Las primeras son mejores, pero son más vulnerables, porque tienen que enfrentarse a la naturaleza hostil de la vida, defenderse de los peligros y amenazas, como carencias, pendencias, disidencias, y evitar el paso del instinto de agresividad a la actitud violenta.

El progreso vital, social, cultural siempre requiere lucha, esfuerzo, confrontación para vencer retos y conquistar posiciones, y defensas, murallas, armas para proteger lo logrado. Desgraciadamente, el famoso si vis pacem para bellum, si quieres tener paz prepárate para la guerra, se cumple inexorable. De la agresividad natural de la vida, a la violencia iracunda de los seres humanos, de la confrontación hostil a la guerra sangrienta, el tránsito es fácil y el regreso difícil y lento. 

Por eso la Paz es tan vulnerable y quebradiza, tan difícil de conseguir y mantener. Y por eso mismo defiendo que la cultura, que en definitiva es uno de los mayores logros, sino el mayor, de la convivencia humana en la pequeña paz de cada día, es preferible promover y proteger una vida humana justa y buena.

La cultura es una destilación benéfica de la mente humana, un subproducto de la colaboración ingeniosa de muchas mentes humanas, sobre todo cuando lo hacen en concordancia y tolerancia. Luego sí la cultura es la mejor hija de la Paz, quién mejor que ella para defenderla de la guerra. 

Demostrado queda, pero, siempre hay un pero, ¿eso como se hace en Gaza o en Ucrania?