Aurora Lázaro

Plaza Mayor

Aurora Lázaro


Resiliencia

06/12/2022

Cuando se echa el invierno en estas tierras y un día amanece gris y lluvioso, el siguiente blanco y helador y el tercero envuelto en una espesa niebla es cuando más se acentúan las diferencias entre el medio urbano y el rural. 
Relumbran las ciudades en estas fechas consumidoras, ajenas a las llamadas de ahorro luminario. Proliferan las luces de colores y las actividades que intentan alegrar el espíritu de los ciudadanos, hacerles salir a las calles y atraerles a los locales hosteleros o comerciales.

Los recursos no son los mismos en un pueblo. Pocos habitantes es sinónimo de escaso dinero y el que hay se debe destinar a fines necesarios y duraderos.  No se puede competir en luminosidad eléctrica, oferta de escaparatismo o bullicio de bares. Y esta fría y sombría época no ayuda precisamente. 

Sin embargo… los pueblos no están vacíos ni muertos. Ni siquiera en estos oscuros meses de invierno. Aunque se vea machacado con lenguaje negativista (despoblación, España Vaciada, envejecimiento), ahogado sin servicios, ajustado al límite en sus presupuestos… el medio rural aún late; sereno, constante y tenaz. 

Es cuestión de ver el vaso medio vacío o medio lleno. Y de resiliencia.

Yo veo ayuntamientos sensibles y dinamizadores y muchos colectivos y asociaciones afanándose en estas fechas por dar luz a los suyos. Y, en la medida de sus posibilidades, no escatiman esfuerzo voluntario, imaginación y creatividad para organizar talleres, actividades culturales, charlas, mercadillos, cines y teatros, senderismos, conciertos o celebraciones.  Detecto además una necesidad creciente de estar conectados entre sí, compartir y ayudarse. 

Igual no vemos en las plazas de los pueblos árboles gigantes de Navidad ni se disparan espectaculares fuegos artificiales. Pero a cambio podemos encontrar la luz, calidez y magnetismo de una gran luminaria de origen ancestral. Busquémosla.