Claudia Vicente

A vuelapluma

Claudia Vicente


Inteligencia artificial

19/05/2023

Esta semana se ha estado debatiendo en el senado de EEUU la inteligencia artificial, donde el propio Sam Altman, creador de ChatGPT, ha declarado que «si la inteligencia artificial sale mal, puede salir muy mal», porque es una tecnología con tantas luces como sombras.

Hablando de esto con unos colegas de profesión, creativos publicitarios, nos dimos cuenta de lo descorazonador que es que la tecnología que tiene todo el potencial para dejarnos sin trabajo sea la que abrazamos con alegría. Porque no solo la acogemos, sino que lo hacemos con entusiasmo. Analizando una campaña de una marca de joyas que acaba de protagonizar una modelo creada por IA, se hablaba con cierta admiración por el director creativo que la había parido, pero ¿cómo es eso posible? Si nos cargamos a las modelos humanas, con sus cánones de belleza inalcanzables, y las cambiamos por otras que directamente no existen, ya no hay sombras donde cobijarnos del dilema moral que es soltar eso a la sociedad, que tiene nuestros anuncios como espejo. Pero es que además nos hemos cargado al fotógrafo, al de las luces, al que retoca y al que lo gestiona, fuera maquillaje, peluquería, eléctricos, estilismo, catering y traslados. Y podemos creer que somos importantes por haber sido los que han elegido ser los pioneros de esa tecnología, por ponernos esa medalla, cuando somos los siguientes en la lista de los despedidos. Cierto es que a los creativos nos ponen música y somos los primeros que bailamos, pero el resto de la sociedad no se queda atrás.

Mis amigas profesoras están haciendo que los chavales lleven a cabo sus trabajos en horas de clase, para que no utilicen ChatGPT, ¿quién entonces dará las clases? ¿El chat cuando estén en casa? Por no hablar de la facilidad que tiene para elaborar las informaciones, porque antes le preguntabas algo a Google y encontrabas un dato o un texto contextualizado, en un blog, periódico o revista, pero ahora tienes una herramienta a la que preguntas y te responde algo elaborado sin dar la cara ni firma, pero tan verosímil y aséptico que puedes tomar como verdad verdadera. 

La IA, tan fácil de utilizar que casi le pido que me escriba ella la columna, y puede que nadie se hubiera dado cuenta, ¿será que lo único en lo que tenemos que educar es en valores y en fuerza de voluntad?