El peligro de una frontera de vértigo

A.C. / Villalba y Berberana
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Ocho niños de Losa pasan a diario el puerto de Orduña, con constantes desprendimientos

Un corrimiento de tierras en el puerto de Orduña dio un buen susto este invierno. - Foto: DB

El puerto de Orduña acumula un desnivel de 610 metros en siete kilómetros con curvas en forma de herradura muy pronunciadas. Pero más allá de la dificultad de sortearlas, a sus usuarios burgaleses, lo que más les preocupa es lo que cae sobre el asfalto desde las vertiginosas paredes de roca que hacen de taludes.  Los padres de ocho niños de las localidades de Villalba de Losa, Berberana o Fresno de Losa, que acuden a los centros escolares de Orduña y Amurrio, son quienes más sufren la «constante caída de piedras».

La distancia, dependiendo de la localidad, es de entre 14 y 30 kilómetros, asumible para quienes desean elegir el centro educativo de sus hijos o por motivos de trabajo, tienen más fácil la conciliación llevando a sus hijos a los colegios de Vizcaya (Orduña) y Álava (Amurrio). A Oihane Garro, residente en Berberana y madre de una niña de 3 años, le preocupan especialmente los desprendimientos desde que tiene que llevar a su hija a diario al colegio. Ella, con una peluquería en Orduña y su marido, que trabaja en un taller, ya hacían el recorrido antes cada jornada, pero con la niña la preocupación aumenta.

Las recientes nevadas provocaron el desprendimiento de rocas de gran entidad. Un mes antes, un corrimiento de tierra taponó toda la calzada. Las piedras de menor entidad son casi una constante diaria a lo largo del invierno. Si a ello se unen las fuertes nieblas que impiden una visión adecuada, el cóctel de peligrosidad del puerto se complica. Los usuarios demandan medidas de contención de las rocas y piedras, así como señales luminosas para conducir adecuadamente con niebla.

Hay dos tramos de unos 700 metros, donde se concentran la peligrosidad de desprendimientos y los sustos. Pero desde el Departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la Diputación de Álava señalan que «se producen desprendimientos de forma aislada y por la configuración de las laderas, la solución técnica no es fácil». A la vista no hay proyecto alguno de mejora, zanjan.

Al País Vasco también se desplazan a diario muchos trabajadores del Valle de Losa, Villalba y Berberana. Entre ellos están el alcalde de Villalba, José Losa, su mujer y su hijo. El regidor critica que «si la Diputación de Álava cierra el puerto por aludes de nieve, también debería de cerrarla por desprendimientos todo el año».  A su juicio, la solución pasaría por la firma de un convenio entre los gobiernos de Castilla y León y el País Vasco que contemple la conservación de esta carretera «de forma conjunta».

La necesidad de utilizar esta vía lleva al propio alcalde de Villalba a utilizar medios municipales para limpiar la nieve del puerto, si algún vecino precisa ayuda o, en ocasiones, son los propios vecinos de Losa quienes con tractores o maquinaria retiran desprendimientos, como el de barro, para que los niños puedan llegar a las clases.

Cuando nieva, las quejas vuelven, porque el puerto permanece cerrado por falta de limpieza o por riesgo de aludes, con lo que los vecinos de la zona burgalesa deben de realizar un importante rodeo, así como los de la vasca que suben habitualmente el puerto para desplazarse al Valle de Valdegobia u otros puntos, donde trabajan.