El pacto de gobernabilidad en el Ayuntamiento de Aranda rubricado el lunes por los grupos municipales del PP, castellanistas y CCD recibió ayer todos los parabienes de la cúpula regional del Partido Popular por boca de su secretario general, Alfonso Fernández Mañueco, quien consideró que es un claro ejemplo de la apuesta por la «estabilidad de las instituciones» que preconiza su formación y que volverá a ponerse de manifiesto en el Congreso Comarcal que se celebrará en mayo, en el que deberá insistir en que está con los ciudadanos.
Mañueco, quien se desplazó hasta la capital ribereña para inaugurar la nueva sede que la formación conservadora ha habilitado en el primer piso del número 2 de la plaza de la Constitución, insistió en que, en estos momentos, los ciudadanos lo que quieren es que las instituciones funcionen «en momentos en que se tienen que tomar decisiones complicadas» , algo para lo que es necesario contar con una estabilidad que es la que ofrece y se ha convertido en seña de identidad del PP.
No obstante, fue el presidente provincial del PP, César Rico, quien valoró en más profundidad un acuerdo en el que, aseguró, por el bien de los ciudadanos se han hecho cesiones desde la generosidad para que el Ayuntamiento funcione y sea operativo. Rico garantizó que detrás del pacto se ha encontrado en todo momento el partido, tanto en su estamento comarcal como provincial y apuntó que si en esta ocasión ha sido firmado por el grupo municipal, y no por la formación, como sí que se hizo en el primer convenio suscrito con PCAL, ha sido porque «las cosas han ido cambiado y, evidentemente, quien conoce mejor los problemas cotidianos y la evolución de los nueve meses desde las elecciones es la Alcaldía».
Por último, no descartó de forma tajante que el único concejal de CCD, Alfonso Sanz, pueda volver a militar en un futuro en las filas del Partido Popular, del que fue expulsado hace algo menos de dos años por discrepancias con el presidente comarcal, Ángel Guerra. No obstante, puntualizó que Sanz fue excluido en base al artículo de los estatutos que imponen la salida inmediata de la formación a cualquier afiliado que se presente bajo otras siglas y «aunque en esta vida no se puede decir que de este agua no beberé, ahora mismo las cosas están como están».
Al margen de las valoraciones del pacto, todos los presentes destacaron que la nueva sede del PP está concebida como un espacio abierto tanto a los cargos públicos y afiliados que este partido tiene en los 56 municipios de la Ribera del Duero burgalesa, como a todos los ciudadanos que deseen plantear asuntos municipales y comarcales al partido. Para ello, sus puertas estarán abiertas todos los días a partir de las 19:00 horas.